OPINIÓN. Fenómeno El Niño: su predicción y su impacto negativo en la economía del país
Creado el Miércoles, 10 de Febrero del 2016 11:33:50 pm
El Fenómeno El Niño, llamado así por los pescadores peruanos del norte por su aparición cada cierto tiempo en Navidad, se inicia con vientos alisios fuertes que soplan de sur a norte, y heladas en la zona altiplánica, evento conocido como La Niña; meses después vendrá la superposición de aguas cálidas y salobres que vienen de Oceanía, pobres en nutrientes, sobre las aguas frías y ricas en nutrientes de la Corriente Peruana de Humboldt, alterando el hábitat natural de diversas especies, entre ellas la anchoveta, principal y más abundante recurso pesquero del mundo.
Como es lógico, ninguno de los eventos oceanográficos y atmosféricos antes descritos sucede de un día para otro; no se requiere mucho esfuerzo para saber que las aguas de Oceanía demoran más de un año en llegar a las costas del Perú; por la información especializada, ahora sabemos que el actual calentamiento del mar peruano se inició el 2014 con una mancha de agua a 900 millas de nuestras costas.
Los antiguos peruanos sí sabían pronosticar El Niño y sus efectos en la agricultura, por eso los restos arqueológicos del Calendario Solar en Sechín Bajo (Casma), la construcción de los depósitos de granos por el planificador Pachacútec, o para no ir muy lejos la aparición de nubes blancas o negras en las jalcas en mayo, que para los agricultores de la sierra indica si ese año será seco o lluvioso.
Gracias al adelanto tecnológico actual, la información internacional en tiempo real y a entidades serias como la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA), la Administración de Aeronáutica y Espacial (NASA) de los EE.UU., especialistas de Alemania, Israel y otros países, hoy se sabe que existen métodos más precisos y confiables para predecir El Niño con 6 a 18 meses de anticipación. Si entidades como el Imarpe y el Senamhi hicieran el seguimiento correspondiente ayudarían a las autoridades a tomar medidas en su debido tiempo y no cuando ya estemos con “el agua al cuello” y con inversiones irrisorias para la magnitud del problema.
EL NIÑO Y SU IMPACTO EN LA ECONOMIA
Estudios serios como el elaborado por Elsa Galarza y Juana Kamiche para la GTZ de Alemania indican que en El Niño de 1998 el país perdió 3.500 millones de dólares; las autoridades concentran sus esfuerzos en remediar el efecto de los huaicos y las inundaciones, pero hacen muy poco respecto a los sectores productivos como la pesca y la agricultura.
En El Niño de 1983 el PBI nacional se redujo en -10% y el PBI pesquero en -29%.
En el último Niño de 1998 el PBI nacional decreció en -0.4% y el PBI pesquero en -10%, se reportaron oficialmente 59 puentes destruidos y más de 200 mil damnificados en el norte del país y 40 mil viviendas dañadas.
El sector económico más vulnerable al Fenómeno El Niño es el pesquero, porque las aguas oceánicas con mayores temperaturas y menos nutrientes que las aguas de la Corriente de Humboldt originan no solo la migración de las principales especies hidrobiológicas como la anchoveta, sino también genera una gran mortandad de huevos y larvas, sumados al efecto depredador del hombre y de otras especies como los lobos marinos y las aves en la lucha por la supervivencia.
A fines de la década del 60 e inicios del 70 el Perú pescaba más de 10 millones de toneladas de anchoveta; en 1973 con El Niño de ese año se extrajo apenas 1.5 millones de toneladas; 10 años después, en 1983 con el otro Niño intenso, la milagrosa anchoveta desapareció, recuperándose luego a inicios de los 90, para caer nuevamente en 1998 a 1 millón de toneladas de extracción con El Niño de ese año que ha sido el último Niño intenso que registra la historia.
La temperatura superficial del mar (TSM) a agosto de 2015 y a 100 millas de litoral norte desde el año 2014 ya se ha incrementado en 4 grados centígrados; esto tendrá un efecto acumulativo para hacer que la TSM en el próximo verano supere los 27 grados; es preferible estar preparados para lo peor, ya que El Niño 2015-2016 podría convertirse en la “madre de todo los Niños”, tanto por su duración, como por su intensidad; si la madre naturaleza nos hace un nuevo milagro, mejor.
Rolando Coral Giraldo
Ex director de Produce GRLL y GRA y ex director regional de Desarrollo Económico GRA