Prueba de fe
Creado el Miércoles, 10 de Febrero del 2016 11:28:05 pm
sino también sentía afinidad por uno de los mártires; el P. Miguel Tomaszek, con quién había trabajado en Yaután.Los discípulos pasaban un mal momento, luego de la muerte de Jesús, incluso tenían que esconderse por temor a represalias. Haber participado de la misión evangelizadora de Jesús no era suficiente prueba de fe. Las dudas, el miedo y el desánimo reinaban en medio de ellos. Pero de pronto aparece el maestro y les dice: “Paz a vosotros”.
Un espíritu no come, por lo tanto Jesús no era un ánima ni mucho menos un aparecido. Había resucitado, estaba ahí pidiendo comida, bendiciendo a sus discípulos, mostrando las manos y los pies con las llagas de la crucifixión, “yo soy en persona”, les dice para reafirmar su presencia y explica que era necesario dar cumplimiento a lo que habían escrito los profetas, en el antiguo testamento.
Muchas veces declarar la fe puede ser sinónimo de muerte, aun defender la justicia y los derechos humanos se vuelve peligroso en un mundo que crece de espaldas a la realidad; sin embargo, es preciso velar por el bien común. La paz no se logra con violencia, menos con indiferencia.
El Perú vivió casi dos décadas azotadas por el terrorismo y la represión militar en respuesta de los ataques perpetrados. Más de 70 mil peruanos perecieron en ese tiempo, entre los que contamos a los sacerdotes de Pariacoto y al Padre Sandro Dordi. La realidad no ha cambiado, desde antes de Cristo, durante y después, la humanidad enfrenta situaciones extremas y, a pesar de ello, sigue aferrado a su fe y buscando vivir con la paz que Jesús entrega cada día en testimonio de una vida perpetua y armoniosa.
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