La Palabra del día 14 de junio del 2015
Creado el Miércoles, 10 de Febrero del 2016 11:28:11 pm
la semilla germina y va creciendo, sin que él sepa cómo. La tierra va produciendo la cosecha ella sola: primero los tallos, luego la espiga, después el grano. Cuando el grano está a punto, se mete la hoz, porque ha llegado la siega. Dijo también: ¿Con qué podemos comparar el reino de Dios? ¿Qué parábola usaremos? Con un grano de mostaza: al sembrarlo en la tierra es la semilla más pequeña, pero después brota, se hace más alta que las demás hortalizas y echa ramas tan grandes que los pájaros pueden cobijarse y anidar en ellas. Con muchas parábolas parecidas les exponía la palabra acomodándose a su entender. Todo se lo exponía con parábolas, pero a sus discípulos se lo explicaba todo en privado.Reflexión. El Señor nos regala hoy dos parábolas sobre el Reino de Dios con hermosos mensajes para nuestra vida.
1. La semilla crece por sí sola. Es una realidad obvia, la semilla solo necesita tierra buena y agua para que el principio de vida que hay en ella brote y se convierta en planta. Y es lo mismo para todo ser vivo, incluso para los seres humanos; para crecer necesitamos alimento y agua. En la vida espiritual y en la fe sucede algo parecido, para crecer por sí sola necesita cultivo con todo lo que Dios nos ha provisto en su Iglesia.
2. El granito de mostaza. Aquí se destaca primero la pequeñez y humildad del comienzo, y luego el enorme desarrollo. Sucedió con la Iglesia, al inicio fue un minúsculo grupo de personas miedosas que cayeron en la cuenta del poder de Cristo que habitaba en ellos y se convirtieron en el germen de una comunidad universal que puede y tiene la capacidad de albergar en su seno a toda la humanidad. Dios hace grande lo pequeño.
- Cultivemos diariamente nuestra fe, Dios la hará crecer sin medida. Darán frutos de alegría, de paz, de amor, de servicio, etc. Ten un feliz domingo.
Primera lectura: Ezequiel 17,22-24. Ensalzo los árboles humildes. Así dice el Señor Dios: Arrancaré una rama del alto cedro y la plantaré. De sus ramas más altas arrancaré una tierna y la plantaré en la cima de un monte elevado; la plantaré e la montaña más alta de Israel, para que eche brotes y dé fruto y se hagas un cedro noble. Anidarán en él aves de toda pluma, anidarán al abrigo de sus ramas. Y todos los árboles silvestres sabrán que yo soy el Señor, que humilla los árboles altos y ensalza los árboles humildes, que seca los árboles lozanos y hace florecer los árboles secos. Yo, el Señor, lo he dicho y lo haré.
Salmo 91. Es bueno darte gracias, Señor. Es bueno dar gracias al Señor y tocar para tu nombre, oh Altísimo, proclamar por la mañana tu misericordia y de noche tu fidelidad. El justo crecerá como una palmera, se alzará como un cedro del Líbano; plantado en la casa del Señor, crecerá en los atrios de nuestro Dios. En la vejez seguirá dando fruto y estará lozano y frondoso, para proclamar que el Señor es justo, que en mi Roca no existe la maldad.
Segunda lectura: 2 Corintios 5,6-10. En destierro o en patria, nos esforzamos en agradar al Señor. Siempre tenemos confianza, aunque sabemos que, mientras sea el cuerpo nuestro domicilio, estamos desterrados lejos del Señor. Caminamos sin verlo, guiados por la fe. Y es tal nuestra confianza, que preferimos desterrarnos del cuerpo y vivir junto al Señor. Por lo cual, en destierro o en patria, nos esforzamos en agradarle. Porque todos tendremos que comparecer ante el tribunal de Cristo para recibir premio o castigo por lo que hayamos hecho mientras teníamos este cuerpo.
Fray Luis Galindo,O.P.