Pedro: el pescador de hoy
Creado el Miércoles, 10 de Febrero del 2016 11:27:19 pm
pensar en que el mañana será mejor, es la fuerza que los impulsa a seguir echando las redes, madrugada tras madruga.Las manos gruesas y los ojos enrojecidos dicen mucho acerca de un hombre que ha dedicado su vida al mar. Chimbote, en antaño, era una promesa constante de superación. Así lo narra Máximo Gutiérrez Javier (40). Son 17 años de vida que le ha dedicado a pescar. No tenía idea de que las consecuencias de una pesca indiscriminada y la contaminación de la bahía, alejaría no solo sus sueños de grandeza, sino también a los peces.
Pedro, pescador de peces y de almas. Un hombre duro y a la vez sensible. Es más real cuando hombres de mar, como Jaime Arroyo, Máximo Gutiérrez o Ambrosio Malarín Loyola (53), nos grafican con su vida el oficio de Pedro. Aquel hombre que, a pesar de sus limitaciones, reconoce en Jesús al hijo de Dios. Y como cada pescador, cree sin importar las mareas.
Decirle lo siento, al saber que las manos marcadas por las duras faenas nocturnas son solo caricias del oficio, es lo mismo que no sentir nada. Ambrosio fue golpeado donde más amaba; su hijo. Pero siente el consuelo de Dios y sigue la promesa de que Dios lo cuida cada segundo. En el mar y fuera de él.
El primer vicario, en representación de cristo en la tierra, el primer papa en virtud de su fe; su entrega, disposición y las condiciones de liderazgo para guiar la fe en este mundo son algunas cualidades de un Pedro que empieza a vivir su fe sin dejar su oficio y su familia. Era el mismo pescador, pero con un corazón tocado por Dios mismo. Así lo refiere el sacerdote Fernando Meléndez, al hablarnos de Simón Pedro.
Hablar del pescador de hoy, es recordar a Pedro. Con todos los momentos de flaqueza, desánimo y arrebato; también se conoce a un Pedro sensible y decidido cuando se trata de defender la vida y la justicia. En palabras del Párroco de la Iglesia Matriz de Chimbote, San Pedro, fray Juan Anguerry, Pedro tiene virtudes de carácter que lo hacen un niño delante de los ojos de Cristo.
Han pasado más de tres siglos, desde la llegada de San Pedro y las primeras familias chimbotanas. La historia ha narrado las buenas épocas de pesca y, cita a Chimbote como el Primer Puerto Pesquero. La tradición de la Fiesta Patronal no ha cambiado mucho, pero si las formas de vivirla. Los desaciertos dentro del sector pesquero y una despreocupación en la forma de administrarla, pasan la factura a este puerto que se viste de esperanza cada vez se enciende una luz. Pedro vive en cada pescador, en cada familia y en cada uno de nosotros.
Escucha el informe de San Pedrito:
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