LA COLUMNA DEL DÍA | Una modalidad más de violencia contra la mujer: violencia económica
Creado el Viernes, 6 de Septiembre del 2019 11:43:52 am | Modificado el 02/08/2024 10:50:13 am
Un abogado que se precia de ser exitoso muestra en sus redes sociales un buffet de varios abogados que trabajan para él y que defiende a congresistas, gobernadores y otros. Sin embargo, este mismo abogado 'exitoso', pese a tener una sentencia firme por alimentos, no paga desde hace 10 años la pensión fijada en 300 soles a favor de su hija. Y ni qué decir del aprovechamiento de su condición de abogado para dilatar hasta por 3 años la confirmación de la sentencia. Este 'exitoso' abogado es un padre irresponsable que fue detenido hasta en dos ocasiones por afrontar un proceso penal por omisión a la asistencia familiar, pero liberado posteriormente porque adujo una defectuosa notificación. Una estrategia que ha seguido manteniendo hasta hoy, cambiando permanentemente de domicilio con la complacencia del fiscal y del juez penal para rehuir a la justicia.
El caso narrado es solo uno de miles de irresponsables que no pasan pensión de alimentos a sus hijos sino hasta cuando están a punto de ser apresados; lamentablemente, una vez que eso ocurre recién cumplen con pagar y luego se van como si nada. Hasta que el ciclo se vuelva a repetir, sin que por años la justicia se percate del daño colateral que ocasiona tanto en el hijo como en la madre, lo que generalmente se asocia a lesiones psicológicas; todo ello, sin considerar que la madre al asumir sola la responsabilidad se priva de sus propias necesidades.
En los últimos años el Estado ha venido promoviendo la erradicación de la violencia contra la mujer en sus diferentes formas. Los tipos de violencia más conocidos por el público son: violencia física, violencia psicológica y violencia sexual que tiene un tratamiento más desarrollado. Sin embargo, actualmente además de esos tipos de violencia también se ha tipificado la violencia económica y patrimonial a través de la Ley 30364, “Ley para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres y los integrantes del grupo familiar”.
En el reglamento de la citada ley se establece como violencia económica o patrimonial “prohibir, limitar o condicionar el desarrollo profesional o laboral, restringiendo la autonomía económica”; es decir, para aquellos machos que no dejan estudiar o trabajar a sus parejas porque “tiene que cuidar a los hijos”. También lo es “sustraer los ingresos, así como impedir su administración”; dicho de otro modo, no se debe apropiar del sueldo del otro, como quienes dicen “yo le manejo su tarjeta”. Asimismo, también está prohibido “proveer en forma diminuta y fraccionada los recursos necesarios para el sustento familiar”. Aparte de ello, “condicionar el cumplimiento de la obligación alimentaria como medio de sometimiento”, por ejemplo: aquellos que condicionan la pensión alimenticia a cambio de salir con ellos; por último, dos numerales más referidos al aspecto patrimonial.
Esta normatividad, relativamente nueva, lleva como aspecto positivo que el proceso “tiene por finalidad proteger los derechos de las víctimas y prevenir nuevos actos de violencia a través de medidas de protección y cautelares; y la sanción a las personas que resulten responsables; asimismo, tiene la finalidad de contribuir en la recuperación de la víctima”.
Como habrán notado, la columna de hoy más que un tratamiento jurídico del tema, tiene la intención de informar para que, quienes son víctimas, denuncien, y quienes son agresores, reflexionen y cambien de actitud o de costumbre. A estas alturas, probablemente más de una mujer que ha sufrido estas acciones u omisiones se ha identificado con lo descrito: desconocía que era víctima de violencia económica y muchos abusivos ya se van enterando que eso de hacerse el macho con las mujeres ahora se sanciona. Erradicar la violencia es responsabilidad de todos.
* Miguel Arista Cueva es docente y abogado. Consultor, conferencista, especialista en gestión pública, educación y derecho administrativo. Fue director regional de Educación de Áncash y del Colegio de Alto Rendimiento de Cajamarca.
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