LA COLUMNA DEL DÍA | Voto de desconfianza
Creado el Lunes, 30 de Agosto del 2021 11:53:54 am | Modificado el 06/10/2021 01:38:36 pm

Esta semana el Congreso otorgó el voto de confianza al gabinete Bellido y de esta manera la administración de Pedro Castillo ha quedado instalada conforme al Art. 130 de la Constitución, con la consecuente aprobación de su política general del gobierno y las principales medidas que requiere la gestión.
La presentación de Bellido, un político de clara raigambre de izquierda radical y con mucha habilidad histriónica, siguió el estilo “reivindicador” inaugurado por el profesor Castillo. Inició su discurso en quechua, en una muy bien ejecutada teatralización de las contradicciones existentes en nuestro país, “levantando” las banderas reivindicativas de los denominados “pueblos originarios”, en un hábil uso político de una inmensa brecha social, utilizando tácitamente el maniqueísmo de hispanohablantes contra quechua hablantes, blancos versus andinos, y logró su objetivo cuando la Presidenta del Congreso pisó el palito y de la peor manera posible, le increpó al Premier que pronuncie su discurso en castellano porque “no lo entendía” y con esa frase la candorosa María del Carmen Alva se anotaba un vergonzoso autogol político que ojalá no tenga mayores consecuencias a futuro.
Bellido había logrado su objetivo, pues lo que dijera luego pasaría a un segundo plano, todos hablarían del discurso en quechua y cada quién con una visión particular del hecho, sin centrarse en lo más importante, que debía estar referido a las acciones que el gobierno tomaría para reactivar la economía y enfrentar la tercera ola del Covid. El discurso que en su contenido fue mediocre, sin propuestas importantes, ni creativas y lleno de generalidades, vacíos e imprecisiones, quedó de lado.
Sin embargo, mientras que para los ideologizados e ilusos, el quechua puede sonar reivindicador o enternecedor, para los que conocemos la dialéctica marxista y la visión hegeliana de la historia de la humanidad, sabemos que estamos ante señales aurorales de un proyecto político que tiene un objetivo claro que es “agudizar las contradicciones sociales” para que el pueblo enfrentado hasta la crispación, estalle y se inicie una revolución en donde se pueda cimentar un Estado comunista o socialista, tal y como pretende el ideario de Perú Libre.
La actuación de los congresistas fue para el olvido, salvo honrosas excepciones como Roberto Chiabra y Gladys Echaíz por la oposición y Betsy Chávez por el oficialismo, las demás intervenciones fueron desde intrascendentes hasta hilarantes. A nivel de partidos, la oposición estuvo en lo suyo y concordante con su postura Fuerza Popular, Renovación Popular y Avanza País votaron en contra, es comprensible que Perú Libre y sus aliados de izquierda votaran a favor, porque son gobierno. En el caso de Acción Popular vimos un nuevo capítulo de la sinuosidad exhibida en las últimas legislaturas y de APP nos queda claro que siempre vota a favor de lo que sea “útil” a sus intereses.
El Congreso le otorgó el voto a un gabinete influenciado por el inefable Vladimir Cerrón, presidido por un misógino, homofóbico y admirador de terroristas como Bellido, con un ministro de Trabajo como Iber Maraví que figura en los registros de la policía porque habría participado en acciones de Sendero, y con por lo menos media docena de ministros impresentables que no tienen idea de gestión pública o del sector que lideran.
Tal vez, la acción del Congreso se resuma a lo dicho por el congresista Azurín "Voy a dar mi voto de confianza a pesar de que no se lo merecen, no se lo han ganado", entonces creo que fue un voto de desconfianza, tan igual como se siente el ánimo del pueblo en las calles.
*Pablo Rioja Cueva es abogado especialista en derecho constitucional y administrativo, árbitro en contrataciones con el Estado y laboral. Tiene amplia experiencia en gestión pública y docencia universitaria. Fue regidor en la Municipalidad Provincial del Santa.
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