LA COLUMNA DEL DÍA | Vivir en comunidad para lograr el éxito
Creado el Miércoles, 22 de Septiembre del 2021 09:19:55 am | Modificado el 02/08/2024 10:56:22 am

No sólo es el trabajo duro, tener objetivos claros, o tener un talento individual los factores que pueden contribuir a lograr el éxito. En ocasiones hay factores externos que han contribuido para que muchas personas puedan alcanzar el éxito ya sea en la vida personal, familiar, profesional o empresarial.
Malcolm Gladwell, en su libro Fuera de serie, revela que no basta tener talento o trabajar duro para obtener el éxito, sino que hay elementos causales y arbitrarios que también colaboran o influyen en el logro del éxito. Aquí un relato de uno de sus historias.
Roseto es un pequeño pueblo en la provincial de Foggia, a ciento sesenta kilómetros de Roma. Al final del siglo XIX, un grupo de sus habitantes emigró a Pennsylvania, en los Estados Unidos, en busca de fortuna. Se sintieron tan bien, que poco a poco empezaron a migrar muchos de sus paisanos al nuevo mundo.
En 1894 eran casi 1200 los habitantes de Roseto que habían solicitado el pasaporte estadounidense. Todos trabajaban en una mina de pizarra y poco a poco construyeron un pueblo al que también llamaron Roseto.
Todos los habitantes del nuevo pueblo gozaban de muy buena salud. La tasa de mortalidad era inferior del 30 al 35% respecto a los estadounidenses. No había casos de suicidio, ni adicción a las drogas o alcoholismo y los delitos eran muy pocos. En Roseto, ¡las personas morían de vejez!
Roseto fue parte de estudio de médicos e investigadores que lo definieron como outlier, en español fuera de serie, es decir, un lugar anómalo, en donde las reglas habituales no son válidas. Outlier es una palabra inglesa, que en estadística indica un dato muy diferente a la muestra que viene examinada, algo que no forma parte de lo ordinario.
Los médicos y los investigadores querían entender cuál era el secreto de la óptima salud de los habitantes de Roseto: no era la alimentación ni el ejercicio físico, ni una cuestión de genética, y tampoco era gracias a la posición geográfica del lugar en el que vivían.
Después de varios estudios e investigaciones, llegaron a una conclusión muy sencilla pero impactante: los habitantes de Roseto vivían bien (y morían de vejez) porque eran una pequeña comunidad muy compacta en donde todos se ayudaban y tenían núcleos familiares muy numerosos que vivían en armonía. Su buena salud era el resultado del pequeño mundo que se habían construido, con una estructura social fuerte que les permitía sentirse seguros y protegidos.
Fue un descubrimiento revolucionario, hasta ese momento nadie en el campo médico había pensado que la comunidad podía intervenir en el estado de salud de las personas. Por primera vez, el bienestar no era solo un hecho individual relacionado con sus elecciones de vida, sino que también dependían del ambiente en que vivían y de las personas con las que cotidianamente interaccionaban.
El elemento fuera de lo común que hacía que el pueblo de Roseto fuera “extraordinario” era el sentido de comunidad que lo caracterizaba.
Cuánta falta hace que vivamos en comunidad, en lugar de estar rebuscando los errores de los otros, para ofenderlos, desprestigiarlos o maldecirlos, porqué mejor no tratamos de conciliar en aquello que nos una como familia, como empresa, como país. Lamentablemente, más son las diferencias que nos separan que las que nos unen.
* Felipe Llenque Tume es doctor en Administración, past decano del Colegio Regional de Licenciados en Administración (Corlad Chimbote), director de la Escuela de Administración en la Uladech Católica, consultor en capacitación y asesoría empresarial a sectores económicos de producción y servicios, y miembro del Directorio de Sedachimbote.
