LA COLUMNA DEL DÍA | Permiso para ser niño, nuevamente
Creado el Viernes, 2 de Febrero del 2024 01:22:16 pm | Modificado el 02/02/2024 01:29:23 pm
La semana que pasó se celebró en el Perú el “Día de la Educación Inicial”, el primer nivel de la educación peruana que atiende a los niños menores de 6 años. En otros países, a este nivel se le conoce como educación preescolar, educación parvularia o kindergarden. El propósito fundamental de la educación en nivel inicial es favorecer el desarrollo integral del niño y la niña con la finalidad de formar seres humanos autónomos, con pensamiento crítico, creativos, independientes, seguros de sí mismos, con hábitos saludables y con habilidades de trabajo en equipo. Aquí se privilegia el juego, la exploración y el descubrimiento. No se trata de leer, escribir y hacer cálculos, como en primaria; la educación inicial no es para eso, y menos aún para atiborrarlos de tareas “para la casa”.
El primer contacto del niño con la comunidad, fuera de su hogar, es fundamental para el futuro éxito escolar del estudiante. Hace años muchos padres o madres no enviaban a sus hijos al “jardín de niños” porque “allí no aprenden, solo van a jugar”; total, no era obligatorio cursar educación inicial para acceder al primer grado de primaria. Tiempo después se ha revalorado la relevancia de la educación inicial; sin embargo, subsisten prácticas que no se condicen con el propósito de este primer nivel. Tal es el caso que encontré en una institución educativa privada que, con la anuencia o tal vez exigencia de los padres clientes, “enseñaba” a multiplicar a niños de educación inicial de cuatro años, ¡sí, de cuatro años, multiplicando! La intervinimos, hicimos que se apersone la UGEL y, como casi siempre, allí quedó. Me pregunto: ¿habrá sido o será la única institución educativa?, ¿la UGEL sabe realmente qué se hace con los niños?
Hay muchos padres que creen que si su niño escribe, lee y realiza operaciones básicas a temprana edad se convertirán en algo así como un “genio”; tal es así que muchos les modificaban las partidas de nacimiento para adelantar la matrícula de su hijo antes de cumplir la edad reglamentaria. ¿Realmente tiene asidero esta exceptiva? Los especialistas dicen que no; al contrario, es contraproducente irrespetar las etapas de desarrollo del niño; los padres pueden tener esa errada expectativa porque no son los especialistas de la educación, para eso están la maestra, los directores, los especialistas y la UGEL; aquí no se trata de que “el cliente siempre tiene la razón”, sino que se trata de preservar un adecuado desarrollo del niño, y para eso hay que explicarles por qué no es bueno y qué es lo que realmente favorece a sus niños para su desarrollo intelectual y socioemocional.
Si se hicieran estudios de investigación longitudinales sobre los efectos de las interacciones en los procesos de enseñanza aprendizaje del nivel inicial, entenderíamos. Una experiencia puede ilustrar nuestra preocupación. Una maestra convence a una madre que, por ser su hijo muy hábil, lo pase de terminar cuatro años a la clase de primer grado, omitiendo cinco años, a lo que accedió emocionada. El niño “rendía” y, gracias a su habilidad, terminó “académicamente” sin contratiempos. Años después, siendo ya universitario, sintió la necesidad de “abrir su corazón” a su madre: ‘Mamá, ¿te acuerdas cuando me avanzaste de grado? Pues nunca te lo dije, pero hasta hoy recuerdo el dolor en mi corazón cuando veía que los demás jugaban y yo no. Nunca lo olvido’. Comprenderán el sentimiento de culpa y el llanto de la madre que, por cierto, era profesora. ¿Será el único caso? ¿Realmente vale la pena?
El año 2013 el Ministerio de Educación promovió una campaña de sensibilización denominada “Permiso para ser niño”, tratando de hacer entender que el niño de educación inicial, ante todo, “tiene que ser niño”, y por su natural característica lúdica aprende jugando, libremente, respetando su edad y su maduración. Tal parece que, seis años después, esa campaña no fue suficiente. Hay que hacerlo otra vez: “Permiso para ser niño, nuevamente”.
N. del E.: Este artículo fue publicado el 31 de mayo de 2019.
* Miguel Arista Cueva es docente y abogado. Consultor, conferencista, especialista en gestión pública, educación y derecho administrativo. Fue director regional de Educación de Áncash y del Colegio de Alto Rendimiento de Cajamarca.