LA COLUMNA DEL DÍA | Nuestra clase política sin rumbo
Creado el Miércoles, 27 de Octubre del 2021 10:04:42 am

Imposible hablar de política, como ciencia que trata del gobierno y la organización de las sociedades humanas, en estos tiempos. Es que, lo que haga o deje de hacer la clase política que está al frente de los destinos de nuestro país, inciden directa o indirectamente en muchos aspectos de la vida de la población. Estamos a 100 días en la que el actual presidente de la República asumió el mando; sin embargo, los resultados aún son muy tenues, que digamos.
Pero, no solo veamos lo que hace o deja de hacer el Poder Ejecutivo, sino también veamos la actitud o comportamiento del otro poder: el Legislativo. Por un lado, tenemos a un gobierno que aún se le nota una falta de liderazgo en la toma de decisiones. Un partido político que se jacta de haber ganado las elecciones gracias a ellos, un pensamiento que no es real porque mucha gente, por no decir la mayoría, que le dio el voto al actual partido del gobierno han sido ciudadanos que optaron por esa opción antes de verse gobernados por una clase política rancia, acostumbrada a vivir, por muchos años, bajo un modelo económico que ha permitido que seamos un país aún dependiente de nuestros recursos naturales y que, en ética o valores, es muy poco lo que se ha avanzado. Por algo tenemos presidentes de la República, presidentes regionales, alcaldes u otras autoridades denunciados por corrupción.
¿Cuál es nuestro pecado de haber tenido o elegido a autoridades o dirigentes del cuál luego nos arrepentimos de su elección? Hay muchas respuestas, por supuesto. Una de ellas y, la más importante creo yo, es la magra o poca educación cívica que tenemos los electores al momento de elegir a nuestras autoridades. Otra es creer en falsas promesas de quienes, en época de elecciones, se visten de corderos y que, luego cuando ganan una elección, sacan a relucir sus bajos instintos en la política. Otro motivo de nuestro arrepentimiento de tener gente que lidere nuestros destinos es que quienes son elegidos, lamentablemente, no tienen los valores suficientes para gobernar un territorio o liderar alguna organización.
Lamentablemente, hemos dejado que nuestros destinos los lideren o gobierne gente sin escrúpulos, gente que cuando gana una elección, inmediatamente se acomoda, igual que su entorno que lo llevó a obtener el poder, para ver saciado sus apetitos personales o de grupo.
Hoy, este gobierno, tiene una oposición que se la tiene jurada, es decir, que, desde antes que lleguen a obtener el poder, ya han maquinado para ver la manera o mecanismo de vacarlo. No lo dejan tranquilo, buscan el menor error para hacerlo grandilocuente y así pueda quedar mal ante la ciudadanía. Siguen con sus ideas anticuadas, con estrategias mal intencionadas. Por el otro lado, tenemos un gobierno, que como he señalado, le falta liderazgo, que realiza acciones del que luego, se arrepiente, como por ejemplo elegir ministros o autoridades que luego les quita la confianza por presión a una inadecuada elección.
Para gobernar un país hay que estar preparado y, fundamentalmente, hay que tener un equipo que ayude a lograr los objetivos propuestos. Eso no lo tenemos en nuestro país. Mientras tanto, el camino que nos lleve a ser un país que viva feliz, que su gente llegue a tener una conciencia cívica, se ve alejado cada día más y más. En política, tenemos una derecha e izquierda que no están a la altura de estos tiempos. Pero no perdamos nuestra fe porque aún tenemos gente sana, limpia, con valores sólidos que están a la expectativa de su oportunidad y que, lamentablemente, no ha querido mancharse con una clase política digna de las organizaciones de la cosa nostra.
*Felipe Llenque Tume es doctor en Administración, past decano del Colegio Regional de Licenciados en Administración (Corlad Chimbote), director de la Escuela de Administración en la Uladech Católica, consultor en capacitación y asesoría empresarial a sectores económicos de producción y servicios, y miembro del Directorio de Sedachimbote.
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