LA COLUMNA DEL DÍA | ¿Me siento realizado?
Creado el Jueves, 5 de Septiembre del 2024 01:01:01 am | Modificado el 05/09/2024 05:07:32 pm
No sorprende que encontramos a muchos influencers que se suicidan a pesar de tener millones de seguidores. Es suficiente revisar Google y vemos nombres tras nombres. Por ejemplo: Lily, Olympe, Teal, Kika Dukic, Gabriel Sachi, Fie Lauren etc. Leemos que en España los muertos por suicidio son once veces más que los por homicidios y el doble por los de tráfico. La tercera causa de muerte son los jóvenes entre 15 y 24 años y existen 25 intentos por cada uno que se concreta. Se señala causas como exceso de drogas, violencia familiar, alcohol, falta de buena amistad, aburrimiento en el trabajo y comportamientos agresivos como bullyng, pero no se menciona la causa principal: no encuentran un sentido a su vida.
Ralf Dahrendorf dice que la élite mundial logró la destrucción de todos los valores. La competitividad y el consumo son la primera y única norma.
Javier Gomá menciona como causas, la convicción de finitud y la igualdad como principio básico. La finitud no reconoce un fundamento para nuestra existencia. Todo termina con la muerte. La igualdad considera que todos tenemos los mismos méritos. Falta la fraternidad como principio básico. La finitud y la igualdad han traído un individualismo, un yo sin límites, y, la vulgaridad, personas instintivas sin ética.
La filosofía es la llamada para hacernos reflexionar sobre el sentido de la vida, pero por la influencia de las ciencias se ha convertido también en una reflexión sobre áreas particulares: historia de las ideas, filosofía de las ciencias, del derecho, del lenguaje de la bioética etc. El conocido filósofo alemán, Jürgen Habermas, manifiesta que la filosofía, como la conocemos actualmente, no tiene futuro. La erudición y el espíritu escéptico reemplazan el verdadero sentido de la filosofía: ¿Me siento feliz? ¿Me siento realizado? ¿Tengo futuro en este mundo? ¿Cómo debe ser mis relaciones con los demás? ¿Qué debe significar mi familia? La filosofía no es una disciplina universitaria o una crítica permanente infructuosa. Erudición sin presencia de sentido no basta. Un espíritu crítico solo ayuda a eliminar los errores del pasado. Es más importante preguntarnos por las dimensiones profundas de los grandes interrogantes existenciales que siempre fueron parte del corazón de la filosofía.
¿Cuál es el sentido de la vida, qué son los ideales, la conciencia de los deberes del ser humano, las motivaciones, las normas y cómo se manifiesta la necesidad de la ética en la problemática del mundo actual?
No se trata de analizar términos sino de dar conceptos que orienten a una vida. La cultura de un pueblo no es solamente ciencia, tecnología, literatura, pintura, música, canto, baile etc. sino también y fundamentalmente el respeto entre las personas, la ética. Necesitamos de la libertad y de la felicitad de los demás para poder entendernos a nosotros mismos y sentirnos realizados. Necesitamos amar y ser amados. Entonces, nos damos cuenta que la ética es el eje central de la vida. Y lo que le da sentido a la existencia.
No es suficiente, reflexionar sobre el mundo exterior y definir el ser humano como un producto del entorno porque se elimina la reflexión sobre uno mismo. Para el animal el ambiente natural tiene solamente sentido para su interés biológico. El adiestramiento del animal se consigue por la introducción de los llamados reflejos. La educación del ser humano se realiza por la presentación de normas y por la invocación al sujeto a reconocer libremente el valor de estas. El ser humano se educa cuando él mismo, autónomo, reconoce y decide aplicar las normas éticas. El ser humano puede reconocer las normas porque tiene un conocimiento de sí mismo que le permite entender el valor de las normas para el mismo. El animal no tiene historia o cultura. La historia de la vida humana está llena de cambios, pero para su bien o mal, de acuerdo al uso de su libertad.
*Padre Johan Leuridan, OP, doctor en Teología en la Universidad Urbaniana (Vaticano), personalidad meritoria de la Cultura del Ministerio de la Cultura, miembro honorario de la Academia de la Lengua, doctor honoris causa de la Universidad de San Marcos y autor del libro "El Sentido de las Dimensiones éticas de la Vida".