Creado el Lunes, 22 de Mayo del 2023 09:53:15 am

Que Los Niños disfruten el recreo, que cuando toque el timbre de salida, es probable que algún policía los espere para cumplir con un mandato de detención que los obligue a rendir cuentas ante la justicia, señala el abogado Pablo Rioja Cueva

Sin duda, la noticia que ha causado indignación generalizada es la defensa descarada y vergonzosa del Congreso a la denominada primera promoción de “Los Niños” integrada por congresistas que fueron electos por Acción Popular y que están siendo acusados nada menos que, por la Fiscalía de la Nación de integrar una organización criminal cuya finalidad es el aprovechamiento indebido del poder para obtener prebendas ilícitas a su favor.

Este blindaje miserable, es una muestra clara del nivel de deterioro en el que se encuentra sumido el poder legislativo, que en este quinquenio sólo ha sabido de escándalos, corrupción e insensatez política, generando el repudio de la población a la actividad congresal.

La acusación formulada por la fiscal de la Nación si bien se supone que es reservada, se filtró a diversas instancias a partir de la sesión que se desarrolló en el Congreso, el jueves pasado. A partir de la circulación de tan relevante documento, la opinión pública ha podido conocer que las imputaciones contra los congresistas son bastante sólidas y corresponden a diversas modalidades de conductas reprobadas por la ley, como es el promover la adjudicación de obras a empresas que “Los Niños” recomendaban, tomar como botín político el ministerio de la producción, obtener diversos puestos de trabajo en el Estado para sus allegados y una serie de privilegios a cambio de mantener su apoyo político y su voto en el legislativo a favor de cualquier causa que sea del interés del expresidente Pedro Castillo.

La conducta de los niños no es algo novedoso, hace varios años que existe el rumor sobre el manejo de obras en las comisiones clave del congreso, así como el favorecimiento a sus allegados con cargos en el Estado. Sin embargo, en este caso el nivel de alevosía y descaro sería superior, sólo comparable con los congresistas tránsfugas que Montesinos compraba en la salita del SIN a inicios de este milenio.

Es lamentable que un congresista ancashino como Darwin Espinoza se vea envuelto en la acusación constitucional promovida por la Fiscalía, y si bien; por el momento se ha salvado del desafuero, es altamente probable que, al término de su mandato, la acusación fiscal se encuentre lista y pase de ser un cuestionado padre de la patria a un imputado cualquiera, que sin inmunidad y poder, enfrente en un proceso penal las imputaciones del Ministerio Público.

Todo es tan extraño en el Congreso, que los niños celebraron alborozados su victoria pírrica en el hemiciclo como si hubieran conseguido un incuestionable triunfo para el país que dicen representar, evidenciando que se encuentran desconectados de la realidad y que, si antes de este episodio eran altamente repudiados, ahora será imposible encontrar a un peruano sensato que defienda su labor en el parlamento.

Los niños creen que siguen siendo los avivatos que llegaron al Congreso para beneficiarse aprovechando el poder de su curul, pero olvidan que personajes con mayor trayectoria y poder como Alejandro Toledo y PPK están terminando sus días rindiendo cuentas a la justicia, y en el caso del congresista Espinoza, debería recordar que César Álvarez pasó en pocos días, de ser el todopoderoso mandamás ancashino a un simple reo de centro penitenciario.

Que los niños disfruten el recreo, que cuando toque el timbre de salida, es probable que algún policía los espere para cumplir con un mandato de detención que los obligue a rendir cuentas ante la justicia.

*Pablo Rioja Cueva es abogado especialista en derecho constitucional y administrativo, árbitro en contrataciones con el Estado y laboral. Tiene amplia experiencia en gestión pública y docencia universitaria. Fue regidor en la Municipalidad Provincial del Santa.

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Rsd2023rsd2023 · LA COLUMNA DEL DÍA | Los Niños en recreo