Creado el Miércoles, 31 de Mayo del 2023 09:49:57 am

Como están las cosas, la mayoría de personas que ingresan o están en organismos del Estado lo hacen para servirse de él, señala el doctor Felipe Llenque Tume

El pasado 29 de mayo, se celebró en el Perú el “Día del Servidor Público” para, supongo, dar mérito a aquellas personas que se desempeñan en la función pública y que atienden, apoyan o ayudan a los ciudadanos a resolver sus múltiples problemas o necesidades que tienen.

¿Quién es un funcionario público? El concepto de funcionario público establecido en los tratados internacionales ratificados por el Perú. En particular, al artículo I de la Convención Interamericana contra la corrupción, señala: “Función pública”, es toda actividad temporal o permanente, remunerada u honoraria, realizada por una persona natural en nombre del Estado o al servicio del
Estado o de sus entidades, en cualquiera de sus niveles jerárquicos. Asimismo, indica que, “Funcionario público” o “Servidor público”, es cualquier funcionario o empleado del Estado o de sus entidades, incluidos los que han sido seleccionados, designados o electos para desempeñar actividades o funciones en nombre del Estado o al servicio del Estado, en todos sus niveles jerárquicos.

Si miramos la estructura del Estado, el primer funcionario o servidor público vendría a ser quien representa a nuestra nación, es decir, el Presidente de la república y luego vendrían los demás funcionarios de los poderes del Estado, ministerios, organismos regionales, municipales, etc.

Pero, lo que deseo enfatizar en este artículo es, qué tan importante es la presencia del funcionario público en la mejora de la calidad de vida de un ciudadano, debido a que éste funcionario o servidor público tiene muchas veces el poder de decisión para resolverle el problema al ciudadano. Hay servidores públicos que merecen un reconocimiento especial por la calidad de profesional que son y, además por la calidad de seres humanos que empatizan con el ciudadano haciéndole sentir bien o por lo menos dándoles cierta esperanza y fe en la solución de algún problema o necesidad.

Lamentablemente, también hay de los otros, de aquellos que, ostentando de su cargo, puesto o función se aprovechan de las necesidades de quienes recurren a sus servicios. Por la experiencia que tengo de haber realizado trabajos en algunos organismos públicos, he observado que, mayormente, son los servidores públicos “nombrados” o con estabilidad laboral en una entidad del Estado los que no cumplen con el objetivo de servir al ciudadano sino servirse de él. Y esto ¿por qué se da? Porque saben muy bien que así fácilmente no los pueden sacar de su función, puesto o cargo que desempeñan.

En nuestra realidad, hay gente, en su mayoría, que está deseoso de ser funcionario o servidor público. Quieren ser presidente de la república, quieren ser congresistas, alcaldes, gobernadores, concejales, regidores u ocupar algún puesto o cargo dentro de organismos del Estado. La pregunta es: ¿quieren servir o servirse del Estado? La respuesta, así como estamos actualmente, es obvia: la mayoría de personas que ingresan o están en organismos del Estado, lo hacen para servirse de él. Quieren ser los nuevos millonarios o por lo menos incrementar o mejorar su nivel económico. Felizmente que aún hay servidores o funcionarios públicos que son una gota de honradez y transparencia dentro del océano de corrupción que hay en el Estado. A ellos, nuestro respeto y admiración.

Felipe Llenque Tume es doctor en Administración, past decano del Colegio Regional de Licenciados en Administración (Corlad Chimbote), director de la Escuela de Administración en la Uladech Católica, consultor en capacitación y asesoría empresarial a sectores económicos de producción y servicios, y exmiembro del Directorio de Sedachimbote.

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Rsd2023rsd2023 · LA COLUMNA DEL DÍA | Importancia de la función del servidor público