LA COLUMNA DEL DÍA | Fotocracia o la política del bailecito para la foto como forma de gobierno
Creado el Viernes, 27 de Octubre del 2023 06:01:04 pm
“Gobernador participó de reunión”, “gobernador participó de aniversario”, “gobernador hace dar volteretas en colchoneta a sus funcionarios”, “gobernador participó en izamiento”, “gobernador fue recibido en el distrito tal”, “gobernador recibió a tal”, “gobernador bailó en la celebración tal”, “gobernador entregó cheque de plástico a distrito tal”, “gobernador entregó otro cheque de plástico a otro distrito tal”… y eso por 100 veces.
Parece chiste o parodia, pero no lo es. Son las noticias que difunde el gobierno regional, llenas de fotos y de videos, pero de ningún acto de gobierno concreto para desarrollar Áncash. Claro que un gobernante tiene que participar y reunirse, pero como parte de gobernar, no como actividad principal y exclusiva. Si es para foto, hagamos consumo de modelos; si es para baile, conozco a muchos que lo hacen genial.
En elecciones, se elige a un mandatario para que atienda las necesidades de la población. Al menos esa es la idea. Sin embargo, es característico de la política peruana ―y ancashina― que, para ganar votos, en elecciones sacan a relucir sus habilidades para el bailecito, el saludo y el abrazo a todo el mundo. A falta de argumento de sus candidatos, los jefes de campaña hacen toda una puesta en escena para mostrar esa actuación y ganar las elecciones, y lo hacen porque no pueden destacar sus dotes de estadista y de liderazgo, o sus propuestas serias, claras y concretas.
Considerando las clamorosas limitaciones políticas, técnicas y de manifestación de ideas, es comprensible, aunque no responsable, recurrir a esta suerte de fiesta itinerante, tal vez porque si prometen en serio, no ganan. Lo que no es comprensible ni aceptable es que continúen haciendo lo mismo cuando ya son responsables de gobernar, porque el futuro de millones de personas depende de su capacidad de decisión.
Lo que demuestran los gobernantes que siguen en permanente campaña electoral no solo es su afán populista de cosechar aplausos fáciles y superfluos, sino en realidad su incapacidad; sí, incapacidad para dar un rumbo al gobierno, incapacidad para proponer ideas, incapacidad para manifestar voluntad política, incapacidad para rodearse de los colaboradores idóneos, incapacidad para ser autocrítico; en resumen, incapacidad para gobernar.
Es habitual que el gobernante mueva a su portátil y haga que publiquen sus fotos en cuanta ceremonia o reunión participe, pero, ¿qué aporta eso por sí solo? No tiene nada de malo que participe y publicite cuanta actividad quiera, pero además de eso “debe gobernar”, debe estar implementando políticas públicas para generar desarrollo, para que la gente tenga trabajo y viva mejor.
Todos los que nos han gobernado, han recurrido a este tipo de recursos; lo más triste es que hay gente que aplaude a rabiar, sin importarle el tiempo y el dinero que pierde Áncash. Pero este gobierno regional ya es abusivo. En diez meses de gestión se han pasado en cuchucientas mil ceremonias, entregando cheques de plástico para la foto, desperdiciando recursos públicos en fiestas y actos para fotografiarse con un cheque de plástico que se transfiere por el banco, electrónicamente, sin costo alguno.
Primero se citó a todos los alcaldes beneficiarios a Huaraz para firmar el convenio y, “lo más importante”, tomarse la foto, dizque para demostrar descentralización, pero en realidad es para desprenderse del dinero y mejorar su imagen en ejecución del gasto, porque no saben qué hacer. Los alcaldes asistieron, por supuesto, con viáticos, porque van en representación de su provincia o distrito a recoger platita para sus proyectos. Hasta allí, todo bien.
Sin embargo, si ya se firmó el convenio, lo que corresponde es que el gobierno regional transfiera el dinero a las cuentas de las municipalidades. Para quienes piensan que eso es complicado porque no trabajaron en el sector público, eso se hace con un clic en la computadora, tan sencillo como yapear o plinear. ¿Cuál es la necesidad de ir de pueblo en pueblo a tomarse la foto? ¿Quién paga los viáticos, la gasolina y el personal que se moviliza con el gobernador? ¡Nosotros! ¿Quién paga las recepciones, las orquestas, los agasajos, los regalos y las giras dejadas de trabajar en cada distrito? ¿Los alcaldes con su plata? No. ¿Sale del bolsillo del gobernador? Tampoco.
Ojo que estoy refiriéndome a la absurda entrega de cheques; otra cosa sería que inauguran una obra, lo cual sería motivo de algarabía de los beneficiarios, o un evento para exponer o implementar políticas públicas; por supuesto que hay que movilizarse y recibir a las autoridades, pero, ¿solo para la foto?
Esta permanente obsesión por la foto vacía me hace pensar que es cierta la conversación del gobernante con exfuncionarios de Agricultura a propósito de las celebraciones pasadas por el Día del Campesino. Ellos trataban de convencerle de que había otras prioridades, pero el que manda les respondió tajantemente: “A mí qué me importa el campesino, yo quiero la foto”.
El gobernador debe tratarse de su grave adicción a la ‘fotitis aguda en primer grado’, para que pueda dedicarse a pensar y a gobernar; eso sí se lo vamos a agradecer; así, su imagen quedará grabada en la memoria colectiva para siempre.
¿Quién lo asesora? Se supone que su trabajo es ayudar al gobernante, pero si no lo hacen, ¿a qué se dedican? ¿Para qué se quedan? Los invito a leer mi columna “Los asesores no son dama de compañía, los funcionarios tampoco”.
Sé que mis opiniones son incómodas y, precisamente, esa es la intención; no ofender, pero sí decir lo que otros ven y no dicen; incomodar para que reflexionen, no importa que se molesten y hasta quieran vengarse, porque ese es el deber que los ciudadanos también debemos cumplir. El tiempo es el juez y, en última instancia, la historia.
Después de 20 mil millones de soles desperdiciados, este año hubo 1000 millones de presupuesto, el próximo 2000 mil más. ¿Con solamente fotos y bailecitos seguirá gobernando? ¿Cuántos miles de millones más hay que desperdiciar para que alguien empiece a gobernar en serio? Y, por último, ¿usted eligió a alguien para que solo pose para fotos y haga bailecitos, o para que mejore su calidad de vida? El gobernador tiene la palabra y también la oportunidad de cambiar. ¿Usted qué opina?
* Miguel Arista Cueva es docente y abogado. Consultor, conferencista, especialista en gestión pública, educación y derecho administrativo. Fue director regional de Educación de Áncash y del Colegio de Alto Rendimiento de Cajamarca.