LA COLUMNA DEL DÍA | El desarrollo debe ser auténtico e integral
Creado el Jueves, 25 de Mayo del 2023 01:01:01 am
“La caridad en la verdad, de la que Jesucristo se ha hecho testigo con su vida terrenal y, sobre todo, con su muerte y resurrección, es la principal fuerza impulsora del auténtica desarrollo de cada persona y de toda la comunidad”. Solo el amor es la fuerza que mueve a comprometerse a las personas en el campo de la justicia y de la paz. Esta fuerza tiene su origen en Dios.
La caridad es la fuente de la verdadera relación entre las personas en su vida privada y en las macro-relaciones económicas, sociales y políticas. El amor llama al hombre a buscar la verdad científica, tecnológica, metafísica y moral al servicio de todos. Pero, el amor va más allá de estas verdades porque ofrece lo “mío” al otro. Sin embargo, se necesita estas reflexiones de la razón para poder saber lo que se puede dar. En la vida moral el amor llama a su principio básico, la justicia. La justicia indica lo que le corresponde al otro. La justicia es la primera vía de la caridad. La justicia es el reconocimiento de los derechos de las personas y de los pueblos. La unión del amor con la justicia exige buscar el bien para todos, llamado el bien común. Trabajar por el bien común es utilizar el conjunto de las estructuras políticas, jurídicas, civiles y culturales para el bien de todos.
Benedicto XVI reconoce que el desarrollo económico ha sacado de la miseria a miles de millones de personas de la miseria, pero existe una crisis actual. Los efectos perniciosos de una actividad financiera mal utilizada, explotación inadecuada de los recursos de la tierra, falta de respeto de los derechos humanos, desviación de las ayudas internacionales, protección excesiva de los derechos de autor de los países ricos, las ideologías que simplifican la realidad, hay corrupción e ilegalidad en los países ricos y pobres, el poder político de los Estados ha disminuido por el nuevo contexto global económico-financiero, las nuevas formas de competencia de empresas transnacionales con fiscalidad favorable de parte de los gobiernos que promueven el recorte del gasto social que afectan los derechos de los trabajadores, también promovido por la instituciones financieras internacionales, la desregulación trae incertidumbre en el trabajo que crea inestabilidad en las familias, en muchos países pobres persiste la inseguridad alimentaria por la falta de insuficiencia de recursos sociales, el más importante es de tipo institucional. El derecho a la alimentación y al agua tiene un papel importante para conseguir otros derechos, comenzando el derecho primario a la vida.
Sin embargo, el desarrollo debe ser auténtico e integral. La solución es una profunda renovación cultural, redescubriendo los valores. Sin embargo, la caridad supera la justicia porque la sociedad no se promueve solamente con derechos y deberes sino también con gratitud y misericordia. En la caridad está presenta el amor de Dios que otorga salvación.
La caridad implica una marcha eficaz de transformación de la historia que exige incorporarlo principalmente todo: las instituciones, el derecho, la técnica, la experiencia, los aportes profesionales, el análisis científico, los procedimientos administrativos. Porque no hay de hecho vida privada si nos es protegida por un orden público, un hogar cálido no tiene intimidad sino es bajo la tutela de la legalidad, un Estado de tranquilidad fundado en la ley y en la fuerza y con la condición de un mínimo de bienestar asegurado por la división del trabajo, los intercambios comerciales, la justicia social y la ciudadanía política (Paul Ricoeur).
Se necesita una renovada valorización de los poderes del Estado para poder enfrentar los desafíos del mundo actual y fortalecer las organizaciones de la sociedad civil y mayor participación de los ciudadanos en la res pública. Los Estados deben ocuparse en dar un nuevo aspecto renovado al orden económico y social del mundo, pero el primer capital que se ha de salvaguardar y valorar es el hombre, la persona en su integridad. La vía solidaria hacia el desarrollo de los países pobres puede ser un proyecto de solución de la crisis global actual. (Benedicto XVI, encíclica Caritas en Veritate, 2009, n.28).
*Padre Johan Leuridan, OP, doctor en Teología en la Universidad Urbaniana (Vaticano), personalidad meritoria de la Cultura del Ministerio de la Cultura, miembro honorario de la Academia de la Lengua, doctor honoris causa de la Universidad de San Marcos y autor del libro "El Sentido de las Dimensiones éticas de la Vida".