Creado el Lunes, 9 de Agosto del 2021 10:04:04 am | Modificado el 06/10/2021 01:38:22 pm

De sus primeros actos de gobierno, se puede constatar que el estilo de la administración Castillo es muy similar al de los movimientos regionales que toman por asalto a los gobiernos regionales, algo equivalente a Cerrón en Junín o Álvarez en Áncash, señala el abogado Pablo Rioja Cueva

El gobierno de Pedro Castillo ha cumplido apenas una docena de días con evidentes señales de improvisación, sectarismo partidario y poco respeto por la institucionalidad, que solo han servido para empañar sus primeras decisiones y dejarnos claro la inmensa influencia que tiene en el poder, el secretario general de Perú Libre y sentenciado por corrupción, Vladimir Cerrón.

La improvisación se fue dibujando en el gobierno del profesor Castillo desde la designación del Gabinete Bellido, fue la primera vez que los ministros de estado fueron confirmados a último minuto e inclusive se juramentó con horas de retraso y con un gabinete incompleto. Entonces, a partir de este momento se generó la sensación que, salvo promover una Asamblea Constituyente para cambiar la Constitución, no existe ningún plan bien definido sobre qué hacer con nuestro Perú.

Su primera decisión improvisada fue anunciar que iba a gobernar temporalmente desde el edificio que lo acoge en el distrito limeño de Breña, sin considerar que la ley exige por transparencia despachar desde la sede de la Presidencia, que es Palacio de Gobierno. Luego, también ha demostrado mucha improvisación al escoger a sus funcionarios, incluso ha tenido que recular en algunos nombramientos importantes, como el de la abogada Natalia Jiménez en ProVías Descentralizado, quien es militante de Perú Libre y “ahijada política” de Vladimir Cerrón, igualmente fueron cesados casi inmediatamente por lo menos media docena de funcionarios en importantes cargos, por no cumplir con el perfil que las normas exigen para cada puesto, el mayor problema se generó en el ministerio del Interior, causando la renuncia de los dos viceministros por estar en desacuerdo con el perfil del propuesto como nuevo Director de Gobierno Interior, un puesto clave dentro del aparato estatal.

A nivel político también hay marchas y contramarchas que denotan improvisación, el propio Pedro Castillo dijo “Debemos expandir el sistema de las rondas (...) donde no existan estas”, en su mensaje ante el Congreso, esta semana el ministro Carrasco Millones desmintió tal propósito. Por su lado, Vladimir Cerrón ha anunciado la pronta renegociación de los contratos ley de minería y también la inminente salida del Perú del Grupo de Lima y la consecuente conformación del nuevo eje político Lima-Caracas-La Habana, ambas declaraciones han sido rebotadas a nivel internacional por Telesur, el medio de comunicación regional de corte chavista y hasta el momento no han sido ratificadas o negadas por ningún funcionario del gobierno, causando una serie de comentarios y rumores al respecto.

Del análisis de sus primeros actos de gobierno, se puede constatar que el estilo de la administración Castillo es muy similar al de los movimientos regionales que toman por asalto y cual bastión a los gobiernos regionales, algo equivalente a Cerrón en Junín o Álvarez en Áncash, y ya sabemos cómo terminan los gobernantes y sus funcionarios, presos o prófugos. En sus primeras e improvisadas decisiones, también queda claro el clientelismo a favor de sus partidarios y la ausencia de méritos para ocupar cualquier cargo.

El copamiento del Estado con militantes de Perú Libre es promovido por el jefe del partido, el inefable Vladimir Cerrón y aceptado por Castillo, superando largamente en su apetito de clientelaje a sus similares en las últimas dos décadas. La designación del economista Francke en el MEF splo parece ser la excepción que confirma la regla, y es el único que demuestra cierta independencia respecto al partido de gobierno, ojalá no sea un fusible para pasar el momento.

Si bien estamos frente a un gobierno de Pedro Castillo y es el principal responsable de sus decisiones, debemos tener claro que su dialéctica es muy calculada y sirve para distraernos de un hecho concreto, el presidente gobierna conforme a los intereses de Perú Libre, y el partido de gobierno se resume en la persona del secretario general. Por ello, salvo Cerrón, todo es ilusión.

*Pablo Rioja Cueva es abogado especialista en derecho constitucional y administrativo, árbitro en contrataciones con el Estado y laboral. Tiene amplia experiencia en gestión pública y docencia universitaria. Fue regidor en la Municipalidad Provincial del Santa.

Foto: ATV

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