LA COLUMNA DEL DÍA | Castillo y las Fuerzas Armadas
Creado el Lunes, 15 de Noviembre del 2021 09:04:05 am

Luego de tres meses de gobierno, es claro que Pedro Castillo es un gobernante improvisado y contradictorio, que tiene por estilo decidir poco y hablar menos, sin importarle mucho la urgencia de las decisiones, así como la ausencia de un mensaje claro hacia el pueblo peruano.
Recordar sus decisiones y acciones improvisadas nos lleva a remontarnos hasta la juramentación del gabinete Bellido, que demoró más de tres horas en juramentar y lo hizo de manera incompleta por los conflictos internos que existían entre el mandatario y sus socios políticos como Vladimir Cerrón y Verónika Mendoza, que no se ponían de acuerdo sobre los ministros a designar. Sin embargo, dicha ceremonia fue un claro ejemplo del modo de gobierno que iba a imponer el profesor Castillo. Inmediatamente, una serie de designaciones de personajes cuestionados por sus antecedentes o capacidades nos ratificaron que la improvisación había llegado para quedarse en el gobierno del lapicito con sombrero.
Las contradicciones son pan de cada día en el gobierno de Pedro Castillo, quizá la última y más notable está referida al momento en que la premier Vásquez se presentaba ante el Congreso a pedir el voto de confianza garantizando el respeto a la inversión privada, mientras que en ese mismo instante el presidente Castillo anunciaba la “nacionalización” del gas de Camisea. Luego, el ministro Francke explicó que el presidente si bien había dicho nacionalización, pero en realidad se refería a la masificación del gas para consumo nacional, en una nueva y más compleja versión de “traductor ministerial”, que hizo recordar las piruetas lingüísticas de Carlos Ferrero en su faceta de premier de Alejandro Toledo, cuando salía a explicar algún dislate presidencial.
En el plano político el presidente Castillo es tan contradictorio que a veces refuta lo que anuncia en su propia cuenta de Twitter, y nos está haciendo entender que cada vez que un ministro está en la picota, él va a respaldarlo con foto en redes sociales de por medio, como para no dejar dudas del respaldo ante la opinión pública, para luego de unos pocos días, renunciarlo sin atenuantes. Debo confesar que prefiero al Pedro Castillo de Twitter por ser más claro y comunicativo que el de la vida real.
Sin embargo, hay un hecho que se sale de los parámetros de improvisación y contradicciones en las que habitualmente se mueve el presidente, y está referido al cuestionado manejo de los últimos ascensos y retiros en las Fuerzas Armadas. Si bien el presidente tiene la facultad constitucional de decidir por los ascensos, estos se producen a propuesta de la Marina, la FAP y el Ejército. El pretendido “manoseo o tarjetazo” que habría sucedido está en contra de la Ley, y ha generado temores sobre el rumbo que tomaría este gobierno, pues la última vez que sucedió algo similar se fracturó el orden constitucional durante el gobierno de Alberto Fujimori.
Es muy curioso que un presidente como Castillo, que nos está demostrando que le cuesta mucho manejar a su propio entorno y ni qué decir a su gobierno, se empeñe en “manejar” a los altos mandos de las Fuerzas Armadas, en algo que nos recuerda a la nefasta “alianza cívico-militar” que promovió el siniestro Vladimiro Montesinos en los 90s y fue en la que sustentó su oscuro poder.
Por ahora, solo nos queda estar vigilantes de que el presidente cumpla su rol con arreglo a la Constitución y que las Fuerzas Armadas cumplan con su deber de lealtad a la Patria y no a la persona que gobierna.
*Pablo Rioja Cueva es abogado especialista en derecho constitucional y administrativo, árbitro en contrataciones con el Estado y laboral. Tiene amplia experiencia en gestión pública y docencia universitaria. Fue regidor en la Municipalidad Provincial del Santa.
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