LA COLUMNA DEL DÍA | Brilla el sol peruano
Creado el Lunes, 24 de Abril del 2023 09:16:51 am
Es por todos conocido que nuestro país se encuentra en medio de una permanente crisis política desde mediados del 2016 cuando PPK asumió la presidencia y la mayoritaria bancada fujimorista hizo una oposición absurda que lo llevo a la renuncia y que nos dio a otro acusado de corrupción como presidente, el inhabilitado Martín Vizcarra.
Luego de Vizcarra, pasaron por la presidencia Manuel Merino, Francisco Sagasti, Pedro Castillo y ahora Dina Boluarte, hemos tenido seis presidentes en menos de siete años, esta diversidad de mandatarios en un solo período constitucional y su inmediato continuo, grafica el tamaño del caos en que se encuentra sumida la democracia peruana.
Ninguno de ellos tiene una línea política clara, salvo Manuel Merino que siempre fue acciopopulista, los demás han participado en diferentes partidos políticos y gobiernos. PPK fue ministro de Belaunde y Toledo, luego candidato presidencial aliado con Acuña y el PPC, todo un sancochado como el mismo decía. Vizcarra fue aprista y candidato regional de la estrella en el 2006, luego fue electo gobernador por un movimiento independiente, vicepresidente en la plancha de PPK y ejerció la presidencia aliado a la izquierda caviar que antes denostaba, para convertirse en férreo crítico de todos los que en algún momento fueron sus aliados como el fujimorismo y el propio PPK.
Sagasti, Castillo y Boluarte han pasado por todas las tonalidades de la izquierda, antes de que Sagasti sea un morado - caviar, Castillo fue toledista y coqueataba al fujimorismo antes de ser un radical de izquierda, mientras que Boluarte fue militante del cerronismo antes de convertirse en una presidenta conservadora.
Es decir, nuestros presidentes son literalmente maleables, en todo el sentido de la acepción, pueden pasar con mucha flexibilidad de un partido a otro, de izquierda a derecha o viceversa, de un día para otro. Sin embargo, todos en mayor o menor medida han respetado el Título III de la Constitución de 1993, referido al régimen económico, sea como impulsores de una economía social de mercado, como meros pilotos en automático o como críticos en la plaza pública del modelo, pero respetuosos del mismo en sus actos formales.
Y es que, aunque el discurso político incendiario nos diga que soportamos un modelo neoliberal cuando tenemos economía social de mercado, o que el modelo promueve la desigualdad en otra mentira que las cifras contradicen rotundamente, o que el régimen económico ha traído más pobreza cuando este modelo la redujo a menos de la mitad, hay algo que destaca nítidamente y es nuestra moneda, el sol peruano, es el nuevo dólar latinoamericano para los países que la izquierda está destruyendo económicamente como Argentina, Bolivia y Venezuela.
En Argentina y Bolivia ante el fracaso de sus economías y la consecuente escasez del dólar, han empezado a utilizar el sol peruano como moneda de ahorro o de referente de cambio y los venezolanos migrantes en los países andinos, han tomado la misma decisión para defender sus ingresos de la inflación y la especulación.
Por ello, mientras nuestro sistema político colapsa, nuestra economía funciona, aunque quede mucho por hacer, el régimen actual parece ser el camino por seguir. En resumen, el problema no está en la economía sino en los políticos que elegimos para manejarla, basta con mirar al recién extraditado Alejandro Toledo, para recordar un gobierno muy aceptable en el manejo de la economía, a pesar de su proclividad a la juerga y la bebida, y sus enjuagues coimeros que ahora lo llevan a la cárcel.
*Pablo Rioja Cueva es abogado especialista en derecho constitucional y administrativo, árbitro en contrataciones con el Estado y laboral. Tiene amplia experiencia en gestión pública y docencia universitaria. Fue regidor en la Municipalidad Provincial del Santa.
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