OPINIÓN. El segundo nuevo auge desperdiciado
Creado el Sábado, 4 de Mayo del 2013 03:39:01 pm
Según fuentes del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), el GRA ha recibido un aproximado de 14 mil millones de soles desde el 2007 hasta el 2012-2013; si esto es así, habría que restar los dineros que se destinan a gastos corrientes, y, el resto, es lo que se convierte en inversiones. Precisamente es en este rubro donde todo el conglomerado de la opinión pública (léase población ancashina) pide una explicación. ¿Qué se hizo con todo ese dinero?
Cualquier morador de las zonas urbanas, semirrurales o rurales podrá ver en distintos lugares una serie de cartelones o pintas en paredes de propiedades públicas o privadas que señalan una serie inmensa de obras: “Más de 300 colegios construidos”, es la que de verdad impresiona. “Chinecas una realidad”, es la que causa más hilaridad. “100 mil puestos de trabajo”, que es 100 mil veces mentira por el lado que se mire. “El Puerto se defiende no se vende ni se concesiona”, y justamente eso es lo que no se ha hecho. “Carretera Interoceánica”, de esto ni pista, ni integración ni ‘Macrorregión’, es decir todo un fiasco. Y volvemos a preguntar: ¿dónde está todo ese dinero?
Hay numerosas grabaciones donde se ve y escucha al actual presidente del GRA, César Álvarez Aguilar (CAA), que cuando se le achaca esta situación de obras y recursos dinerarios de Áncash, sale a señalar compungido que no puede hacer gran cosa porque de todo ese dinero él solo tiene un “20%”, ya que el resto se va a todas las provincias e incluso a dos universidades. Pero esta declaración colisiona con la realidad, pues figura también en grabaciones que CAA critica duramente a los alcaldes o funcionarios públicos o privados que no se alinean con sus propuestas. Y luego de ello, a través de recursos mediáticos, inicia feroces campañas de avasallamiento. Es decir, pese a lo que pregona, CAA tiene el control de prácticamente todo el recurso fiscal del GRA, y hace y deshace con él, a través de licitaciones y/o convocatorias que en su gran mayoría han sido denunciadas o cuyos resultados (tras las obras) han generado serios cuestionamientos. ¿Qué se ha hecho con tan ingentes recursos financieros?
Sin necesidad de realizar una profunda investigación, se puede definir que en Áncash no se ha hecho ninguna inversión de impacto, una obra que por trascendencia haya mejorado los índices de calidad de vida, una obra que dé status de superación en lo alimentario, educativo, cultural, artístico. Una obra que resalte y ponga a Áncash como zona emergente en productividad y diversificación industrial, comercial, financiera y hasta política. Una obra que interiormente haga notar que en las 20 provincias se implementa y desarrolla una actividad social-económica dinámica y con influencia en la nación. Nada de eso se percibe. Y las cifras oficiales lo demuestran: 50% del alumnado escolar no entiende lo que lee. La desnutrición en niños menores de 5 años es casi pandémico. Más de 70 muertes efecto directo del sicariato. Más del 30% de la población no tiene acceso a ningún tipo de servicio básico. ¿Por qué no se han superado estas falencias en Áncash si los recursos del canon son abundantes?
Para esta última pregunta variados y reconocidos opinólogos y politólogos esgrimen una serie de argumentos, cada cual más sesudo que el otro, pero, todos de alguna manera, coinciden en que la actual gestión (en dos períodos) no ha podido aprovechar de una manera más eficiente las cuantiosas sumas de dinero que ingresaron al tesoro público ancashino. La planificación fue dejada de lado, se prefirió lo ‘espontáneo’. No se congregó a profesionales de alto nivel para ocupar los cargos claves, pues se prefirió poner allí a advenedizos sin preparación para compensar con esas plazas el amiguismo, compadrazgo o réditos políticos. La meritocracia fue lo más ausente de la fase administrativa. ¿Áncash seguirá la historia del Segundo Nuevo Auge Desperdiciado?
En toda la época republicana del Perú, Áncash gozó de un Primer Gran Auge, traducido en la explotación de nuestros recursos marinos en las décadas de los 60’s e inicios de los 80’s. Pero, como región hasta el día de hoy la gente se pregunta: ¿dónde y qué réditos dejó el tan mencionado auge? Caja del Pescador quebrada. Cientos de pescadores indigentes. Sistema portuario minúsculo. Bahía contaminada. La provincia del Santa saturada de invasiones, solo en Chimbote y Nuevo Chimbote hay aproximadamente 300 invasiones. ¿Hay un Plan Maestro a seguir?
El Segundo Gran Auge, tras casi 10 años de explotación minera, nos ha dejado inversión en infraestructura que no ha demandado mayor ingeniería, es decir, son obras de rutina. Que responden más a la explosión demográfica que a planes de desarrollo arquitectónicamente proyectados y desarrollados mediante un plan urbanístico. Todo lo que se está perdiendo en zonas cultivables (valle agrícola) para dar cabida al crecimiento de la ciudad, no se ha visto equilibrada con crecimiento de la oferta laboral (muchos aducen que ello es causa del alto índice delictivo). ¿Hay forma de mejorar el rumbo para consolidar el desarrollo de Áncash?
Pensamos que sí existe. Podría estar en la próxima contienda eleccionaria. Saber elegir. Incrementar los mecanismos de participación de la sociedad civil organizada en sus gobiernos locales y regionales (capacitarlos). Confiar y fortalecer las entidades que administran justicia. Por otro lado, en esta región, cuando los funcionarios que cometen actos que terminan convirtiéndose en denuncia, se juega a la regla del ¿quién fue? Y nadie sabe responder. Nadie conoce a nadie. Todos son inocentes. No hay agravios. Todos son buenos. O nos ponemos a pensar si aquí se dio partida de nacimiento a la impunidad. Parece que aquella mítica figura de los juegos infantiles cobra vida. Ya casi se podría decir que el gran bonetón vive en Áncash. Debe haber castigo efectivo para quien delinque.
Mark Orrillo Clipo
Periodista