Creado el Miércoles, 10 de Febrero del 2016 11:32:54 pm

El Adviento que es el tiempo litúrgico con el que iniciamos este año, nos abre a la esperanza porque nos prepara para revivir una vez más que Dios está con nosotros, que se compromete con nuestra historia y con nuestra vida, pero para que comprendamos que también nosotros debemos de vivir este compromiso en relación con el otro, para Dios es fundamental compartir el camino con el otro.

“No es bueno que la persona esté solo” es así como empieza el relato bíblico de la creación, en el interés y la preocupación por el otro. Si Dios se preocupa por el otro, que somos nosotros mismos, cómo es que nosotros, que somos necesitados, ¿no nos preocupamos por nuestro hermano?

Es por eso que durante estos cuatro domingos la invitación será a estar vigilantes, a estar alegres, el de preparar el camino del Señor para finalmente poder decir con Cristo: aquí estoy Señor, para hacer tu voluntad.

Esta debe ser nuestra meta a corto y largo plazo sabiendo que hacer la voluntad de Dios, pasa más por el amor al prójimo, que por aceptar pasivamente las cosas que nos pasa. Y este amor se debe manifestar en acciones concretas, como el perdón, el respeto por los Derechos Humanos, la servicialidad, la justicia, la humildad, la misericordia, actitud -esta última- que nuestro Papa Francisco nos invita a meditar y a vivirla con la inauguración de este Año de la Misericordia que empezamos dentro de este ambiente de Adviento, este 8 de diciembre.

Vivamos este tiempo de Adviento con el anhelo de querer hacer de nuestra vida, un testimonio de amor. Que se fundamente en buscar, en hacer la voluntad de Dios, manifestado especialmente en la Misericordia.

P. Richard Manrique, O.P.

Escuche la versión radial: {audio}editorialsodomconoviembre30.mp3{/audio}

Foto: internet

Noticias relacionadas