Papa Francisco: “Que no se ceda a la insidia de la corrupción”
Creado el Lunes, 11 de Diciembre del 2023 04:07:23 pm | Modificado el 11/12/2023 04:13:44 pm
La fidelidad y la honestidad caracterizan a quienes trabajan para la Santa Sede y el Estado de la Ciudad del Vaticano, sin embargo "la lisonja de la corrupción es tan peligrosa que es necesario estar muy vigilantes". Esta es la petición que el papa Francisco dirige a los miembros de la Oficina del Auditor General, recibidos hoy en audiencia y a quienes entregó su discurso, invitándoles a la transparencia y a no ceder "a la insidia de la corrupción".
“Sé que ustedes dedican a ello una gran atención, con un trabajo cuyos frutos se gestionan al mismo tiempo con firmeza y con misericordiosa discreción, porque, sin perjuicio de la necesidad de absoluta transparencia en cada acción, los escándalos sirven más para llenar las páginas de los periódicos que para corregir en profundidad los comportamientos. Los invito, además, a ayudar a los responsables de la administración de los bienes de la Santa Sede a crear las garantías que puedan impedir, "aguas arriba", que se materialice la insidia misma de la corrupción”, dijo.
Independencia, atención a las prácticas internacionales y profesionalidad: estos son los valores que caracterizan a la Oficina del Auditor General de la Santa Sede y del Estado de la Ciudad del Vaticano, instituida por Francisco en 2014 con el Motu Proprio Fidelis dispensator et prudens, así como una entre las Autoridades Anticorrupción, como recuerda Francisco, "en virtud de la Convención de Mérida, a la que la Santa Sede se adhirió en 2016 también en nombre del Estado de la Ciudad del Vaticano".
En cuanto a la independencia, Francisco recuerda cómo esta Oficina no depende "jerárquicamente de otras entidades", lo cual, "lejos de significar arbitrariedad", se entiende como el ejercicio de "la responsabilidad de una acción siempre bien pensada e inspirada en el más alto principio de la caridad".
Es importante que el espíritu de corrección fraterna los guíe siempre, incluso cuando sea necesario señalar prácticas contables y administrativas que no se ajusten a las normas y situaciones a corregir. La Palabra de Dios nos enseña que "el Señor corrige a los que ama, como un padre corrige a su hijo predilecto" (Pr 3,12). Recordemos estas palabras que acompañan a la corrección: amor y paternidad, siempre, sin ceder a la tentación del protagonismo fácil.
Francisco se refiere después al espíritu sinodal para subrayar la importancia de la colaboración entre los Dicasterios de la Curia, "especialmente con los organismos económicos", evitando "competiciones que pueden convertirse fácilmente en rivalidad, incluso a nivel personal". (RSD Noticias).
Fuente: Vatican News