Los Santos Inocentes
Creado el Viernes, 28 de Diciembre del 2018 08:29:37 am | Modificado el 11/10/2021 04:40:31 pm
Podemos imaginarnos lo asustado que quedó José después del anuncio del Ángel. Lo que el ángel le dijo sobre Herodes era desgraciadamente demasiado verosímil. Y José sabía que los solda-dos del rey recorrerían en poco tiempo los ocho kilómetros que separaban la capital de la aldea. Despertó a María, se vistieron precipitadamente aún medio dormidos, recogieron lo más imprescindible y se pusieron en camino.
Así huyeron, sin pararse a pensar, sin estudiar el camino que habrían de seguir, ni dónde podrían refugiarse. Sabían únicamente que tenían que alejarse de la ciudad, poner distancia entre su hijo y Herodes. Y debían hacerlo sin dejar huellas, sin despedirse de nadie.
Huir era dormir durante el día y caminar la noche entera. Suponía volver la cabeza cuando se escuchaba cualquier paso por el camino y ver en cada sombra a los soldados de Herodes. No les habrá resultado fácil, andar de noche por aquellas soledades, sin conocer el camino. Y tuvieron que cruzar el desierto con sus peligros de la arena; la sed y el sol. Y así partieron, sin sospechar que la gran tragedia quedaba a sus espaldas.
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