La Palabra del día 23 de diciembre del 2015
Creado el Miércoles, 10 de Febrero del 2016 11:28:40 pm
Le replicaron: Ninguno de tus parientes se llama así. Entonces preguntaban por señas al padre cómo quería que se llamase. Él pidió una tablilla y escribió: Juan es su nombre. Todos se quedaron extrañados. Inmediatamente se le soltó la boca y la lengua, y empezó a hablar bendiciendo a Dios. Los vecinos quedaron sobrecogidos, y corrió la noticia por toda la montaña de Judea. Y todos los que lo oían reflexionaban diciendo: ¿Qué va a ser este niño? Porque la mano del Señor estaba con él.Reflexión. El nacimiento de Juan es ocasión de gran alegría, que mueve los corazones a la alabanza a Dios.
1. Alegría. El nacimiento de toda persona es siempre motivo de gozo. Mucho más en este caso, Zacarías e Isabel eran estériles, habían ansiado un hijo, y se lo habían pedido a Dios. Esta esperanza se estaba esfumando, pues que ya eran de edad avanzada. En esta situación, Dios les concede tan anhelado don.
2. Juan. Ocho días después del nacimiento tenía lugar la circuncisión y la imposición del nombre. Juan significa “Dios es propicio / se ha apiadado”. Y esto es él para sus padres: un don propicio, y una muestra de la compasión de Dios que no es sordo a la oración de sus hijos; y esto mismo es Juan para los creyentes.
3. Zacarías habla. Por su incredulidad había sido castigado con la mudez. Al cumplirse la promesa recupera la voz, tendrá que enseñar el habla al que sería la “voz que clama en el desierto…”. La incredulidad cierra la boca a la alabanza, pero la fe ante la acción de Dios restablece la voz para bendecir y agradecer a Dios.
- Que este día sea una ocasión especial para alabar a Dios por sus bendiciones, en especial por el don de la vida y sobre todo por la cercanía de la Navidad. Ten un feliz día.
Malaquías 3,1-4.23-24. Así dice el Señor: Mirad, yo envío a mi mensajero, para que prepare el camino ante mí. De pronto entrará en el santuario el Señor a quien vosotros buscáis, el mensajero de la alianza que vosotros deseáis. Miradlo entrar -dice el Señor de los ejércitos-. ¿Quién podrá resistir el día de su venida?, ¿quién quedará en pie cuando aparezca? Será un fuego de fundidor, una lejía de lavandero: se sentará como un fundidor que refina la plata, como a plata y a oro refinará a los hijos de Leví, y presentarán al Señor la ofrenda como es debido. Entonces agradará al Señor la ofrenda de Judá y de Jerusalén, como en los días pasados, como en los años antiguos. Mirad: os enviaré al profeta Elías antes de que llegue el día del Señor, grande y terrible. Convertirá el corazón de los padres hacia los hijos, y el corazón de los hijos hacia los padres, para que no tenga que venir yo a destruir la tierra.
Salmo 24. Levantaos, alzad la cabeza: se acerca vuestra liberación. Señor, enséñame tus caminos, instrúyeme en tus sendas: haz que camine con lealtad; enséñame, porque tú eres mi Dios y Salvador. R. El Señor es bueno y es recto, y enseña el camino a los pecadores; hace caminar a los humildes con rectitud, enseña su camino a los humildes. R. Las sendas del Señor son misericordia y lealtad para los que guardan su alianza y sus mandatos. El Señor se confía con sus fieles y les da a conocer su alianza. R.
Fray Luis Galindo,O.P.