Creado el Martes, 4 de Septiembre del 2018 03:52:56 pm | Modificado el 06/10/2021 01:33:11 pm

Por fray Héctor Herrera Herrera*

Hoy recordamos el nacimiento de María, tradición de la Iglesia de Oriente y de Occidente, joven sencilla, campesina, se solidariza por su fe y confianza en Dios, con la humanidad para darnos a Jesús.

El evangelista Mt 1,1-16.18-23: hace la genealogía de Jesús. Dios interviene en nuestra historia, dentro de estos antepasados de Jesús hay cuatro mujeres con sus luces y sombras: Tamar, Rajab, Rut, Betsabé y finalmente María, de la cual nació Jesús.

María es la unión entre el A.T. y el N.T. quien nos da al autor de la vida, Jesús, nace en el seno de una familia. José, como varón justo acepta a María como esposa y la paternidad de su hijo, escucha la voz de Dios, “a quien llamarás Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados” (v.21). Está llamado a proteger y cuidar a María y al niño por nacer. En Jesús, Dios acompaña, protege y defiende la vida del pueblo, para que camine rectamente con fe, alegría, libertad y construya la vida en fraternidad, justicia y paz.

Pensemos en el hoy, cómo nacen y crecen nuestras niñas, mujeres en los andes, en la selva, en los pueblos olvidados de la costa de Perú. En las zonas de heladas en condiciones inhumanas por el clima, en la selva y costa desprotegidas. Esta realidad injusta de Perú, denunciada ya hace 50 años en la II Conferencia del Episcopado Latinoamericano en Medellín, como “violencia institucionalizada” en las estructuras de poder político, judicial, económico, educativo, social que marginan a los más pobres.

El 28 de agosto se cumplía un año de la muerte de mamá Angélica, mujer ayacuchana, que como muchas madres de nuestro país, pedía justicia por su hijo desaparecido, víctima del terrorismo, que hoy algunos congresistas quisieran implantar una cultura de “negación”, para no reconocer la violación de los derechos humanos de uno y de otro lado que vivió el país. Hay una incapacidad política de los sectores dominantes tanto en el congreso como en el poder judicial para no hacer las reformas urgentes que la ciudadanía está clamando. No existe celeridad para proteger a los huérfanos, a las viudas.

Frente a la crisis política y judicial que afecta no solo las inversiones, sino la vida moral del país, es urgente escuchar la voz del Papa Francisco: “La justicia que propone Jesús, no es como la que busca el mundo, tantas veces manchada por intereses mezquinos, manipulada para un lado o para otro. La realidad nos muestra que fácil es entrar en las pandillas de la corrupción, formar parte de esa política cotidiana del “doy para que me den”, donde todo es negocio” (G.E. 78).

Mamá Angélica, como María la madre de Jesús sufrieron en carne propia la marginación de la mujer. Recordar su nacimiento es levantar nuestra mirada con fe y esperanza, estamos a tiempo de hacer un referéndum que sane las heridas y construyamos un Perú con un corazón limpio de componendas y blindajes, para escuchar la voz de Dios y del pueblo. 
Fr. Héctor Herrera, o.p.*
Director de Radio San Martín de Arequipa

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