EDITORIAL SODOMCO: el Señor de los Milagros
Creado el Martes, 24 de Octubre del 2017 09:09:36 am | Modificado el 06/10/2021 01:31:56 pm
Cuenta la historia y tradición peruana que desde una zona, que en aquellos años virreinales era parte de las afueras de la ciudad de Lima, me refiero a Pachacamilla, en una de esas tantas tradiciones religiosas de los negros esclavos venidos a trabajar a esta ciudad, uno de ellos pintó la imagen del crucificado para rendirle culto.
Los datos nos señalan que por más que, ya sea por la naturaleza o de los humanos, se intentó borrarla, nunca se logró y milagrosamente se mantuvo intacta hasta nuestros días. A esa imagen se le llamó y aún hoy se le llama el Señor de los Milagros.
Es interesante participar de la procesión del Señor de los Milagros que ya lleva más de cuatro siglos y encontrarnos que el fervor de aquel Cristo moreno como se lo pintó se mantiene intacto.
Una repasada viendo los rostros de las personas que acuden a la procesión es muy interesante. En ella podemos ver expresiones de todo tipo: de dolor y súplica por la sanación de una enfermedad, de agradecimiento por el milagro recibido, de esperanza porque hay plena confianza, de alegría porque hay un ambiente espiritual muy especial en ese momento.
Hay personas de toda clase social que hacen sacrificios para poder acompañar al Señor desde los más pequeños hasta los más grandes, lo que denota la continuidad generacional.
Hay procesiones del señor en todas partes del país y en ciudades del mundo siendo la de Lima la principal y en todas ellas se nota este ambiente especial de fervor religioso.
Hay que tener en claro que estás tradiciones nos acercan a Dios siempre que seamos consecuentes con el mensaje de Jesucristo en nuestras vidas, en ello se cimenta el amor que le tenemos y allí la tradición adquiere su valor importante. Una tradición que se vive alejado del Señor no produce fruto, por ello las procesiones son como su mismo nombre lo indica para seguir a Cristo en su palabra y en su vida. De esta forma nuestra cercanía se hace efectiva viendo a Dios en las personas y actuando como Él actuó y que se da en una palabra que pronunciamos mucho y de la cual olvidamos su verdadero significado, amor igual Jesús.
Que estos días del mes de octubre nos ayuden a encontrar en el Señor de los Milagros la paz del corazón para servir con amor y gratitud.
Fray Eduardo Pimentel Carranza, director de Radio Santo Domingo (Chimbote).
Foto: Perú Católico
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