Vete en paz
Creado el Domingo, 12 de Junio del 2016 12:42:26 am
Lucas 7:36--8:3
736Un fariseo le rogó que comiera con él, y, entrando en la casa del fariseo, se puso a la mesa.37Había en la ciudad una mujer pecadora pública, quien al saber que estaba comiendo en casa del fariseo, llevó un frasco de alabastro de perfume,38y poniéndose detrás, a los pies de él, comenzó a llorar, y con sus lágrimas le mojaba los pies y con los cabellos de su cabeza se los secaba; besaba sus pies y los ungía con el perfume.39Al verlo el fariseo que le había invitado, se decía para sí: «Si éste fuera profeta, sabría quién y qué clase de mujer es la que le está tocando, pues es una pecadora.»40Jesús le respondió: «Simón, tengo algo que decirte.» El dijo: «Di, maestro.»41Un acreedor tenía dos deudores: uno debía quinientos denarios y el otro cincuenta.42Como no tenían para pagarle, perdonó a los dos. ¿Quién de ellos le amará más?»43Respondió Simón: «Supongo que aquel a quien perdonó más.» El le dijo: «Has juzgado bien»,44y volviéndose hacia la mujer, dijo a Simón: «¿Ves a esta mujer? Entré en tu casa y no me diste agua para los pies. Ella, en cambio, ha mojado mis pies con lágrimas, y los ha secado con sus cabellos.45No me diste el beso. Ella, desde que entró, no ha dejado de besarme los pies.46No ungiste mi cabeza con aceite. Ella ha ungido mis pies con perfume.47Por eso te digo que quedan perdonados sus muchos pecados, porque ha mostrado mucho amor. A quien poco se le perdona, poco amor muestra.»48Y le dijo a ella: «Tus pecados quedan perdonados.»49Los comensales empezaron a decirse para sí: «¿Quién es éste que hasta perdona los pecados?»50Pero él dijo a la mujer: «Tu fe te ha salvado. Vete en paz.»81Y sucedió a continuación que iba por ciudades y pueblos, proclamando y anunciando la Buena Nueva del Reino de Dios; le acompañaban los Doce,2y algunas mujeres que habían sido curadas de espíritus malignos y enfermedades: María, llamada Magdalena, de la que habían salido siete demonios,3Juana, mujer de Cusa, un administrador de Herodes, Susana y otras muchas que les servían con sus bienes.