La Palabra del día 29 de mayo del 2015
Creado el Miércoles, 10 de Febrero del 2016 11:28:08 pm
porque no era tiempo de higos. Entonces le dijo: "Nunca jamás como nadie de ti." Los discípulos lo oyeron. Llegaron a Jerusalén, entró en el templo y se puso a echar a los que traficaban allí, volcando las mesas de los cambistas y los puestos de los que vendían palomas. Y no consentía a nadie transportar objetos por el templo. Y los instruía, diciendo: "¿No está escrito: "Mi casa se llamará casa de oración para todos los pueblo"? Vosotros, en cambio, la habéis convertido en cueva de bandidos." Se enteraron los sumos sacerdotes y los escribas y, como le tenían miedo, porque todo el mundo estaba asombrado de su doctrina, buscaban una manera de acabar con él. Cuando atardeció, salieron de la ciudad. A la mañana siguiente, al pasar, vieron la higuera seca de raíz. Pedro cayó en la cuenta y dijo a Jesús: "Maestro, mira, la higuera que maldijiste se ha secado." Jesús contestó: "Tened fe en Dios. Os aseguro que si uno dice a este monte: "Quítate de ahí y tírate al mar", no con dudas, sino con fe en que sucederá lo que dice, lo obtendrá. Por eso os digo: Cualquier cosa que pidáis en la oración, creed que os la han concedido, y la obtendréis. Y cuando os pongáis a orar, perdonad lo que tengáis contra otros, para que también vuestro Padre del cielo os perdone vuestras culpas."Reflexión. La realidad del templo es un medio para reflexionar en nuestra propia interioridad, en donde podemos encontrar la presencia de Dios.
1. Templo. El templo de Salomón fue destruido por Nabucodonosor hacía el 587 a. C. Zorobabel lo reconstruyó después del exilio. El que visitó Jesús, lo reconstruyó Herodes el Grande. Quería halagar a los judíos. Era una maravilla, incluso mejor que el de Salomón. Tenía puertas monumentales, torres, baluartes, un inmenso cuadrilátero. Era rico en materiales: mármol, oro, madera de cedro, piedras preciosas.
2. Multitudes. Acudía mucha gente, la plaza se había convertido en un mercado. Había tenderetes de sal, de harina, de aceite, de incienso, de ofrendas... Según Flavio Josefo se llegaban a sacrificar 250.000 corderos. Se vendían así mismo ovejas, toros y palomas para los sacrificios. El peregrino que buscaba una casa de oración, se encontraba con un recinto comercial con gritos, ruido, intercambio, negocio que tenían muy poco de religioso.
3. Acción de Jesús. El Señor se rebela contra esta situación. No puede soportar que toda aquella maravilla dedicada a Dios, se hubiera convertido en un vulgar mercado. Su reacción está producida por el celo de la Casa de Dios. El ser humano tiende a trivializar los grandes valores, convirtiéndolos en moneda de cambio, en negocio rentable. Cada cosa debe tener su lugar y su momento.
4. Hoy. El ser humano necesita espacios de silencio para comunicarse con Dios. Podemos dedicarle lo mejor de nuestras vidas. Uno se siente a gusto en el templo, en ellos se puede palpar la trascendencia. A Dios hay que darle lo que le pertenece: adoración, el centro de la vida, él exige respeto, no es una moneda de cambio. Dios es mayor que el templo.
5. Respeto. Dios respeta el templo del corazón. Necesitamos serenidad para adentrarnos en los dominios del espíritu. No todo puede ser ruido. En todo lo que nos rodea palpita la gloria de Dios. Pero, necesitamos ir a nuestra interioridad y descubrir que la vida es hermosa experiencia de felicidad si la vivimos desde dentro. El recinto sagrado del templo nos lleva a comunicarnos con Dios y con nosotros mismos en un ambiente de plegaria.
- Busquemos que nuestra persona ser digna morada de la presencia de Dios. Ten un feliz día.
Primera Lectura: Eclesiástico 44,1.9-13. Hagamos el elogio de los hombres de bien, de la serie de nuestros antepasados. Hay quienes no dejaron recuerdo, y acabaron al acabar su vida: fueron como si no hubieran sido, y lo mismo sus hijos tras ellos. No así los hombres de bien, su esperanza no se acabó; sus bienes perduran en su descendencia, su heredad pasa de hijos a nietos. Sus hijos siguen fieles a la alianza, y también sus nietos, gracias a ellos. Su recuerdo dura por siempre, su caridad no se olvidará.
Salmo 149. El Señor ama a su pueblo. Cantad al Señor un cántico nuevo, resuene su alabanza en la asamblea de los fieles; que se alegre Israel por su Creador, los hijos de Sión por su Rey. R. Alabad su nombre con danzas, cantadle con tambores y cítaras; porque el Señor ama a su pueblo y adorna con la victoria a los humildes. R. Que los fieles festejen su gloria y canten jubilosos en filas: con vítores a Dios en la boca; es un honor para todos sus fieles. R.
Fray Luis Galindo,O.P.