La Palabra del día 19 de diciembre del 2015
Creado el Miércoles, 10 de Febrero del 2016 11:28:38 pm
y caminaban sin falta según los mandamientos y leyes del Señor. No tenían hijos, porque Isabel era estéril, y los dos eran de edad avanzada. Una vez que oficiaba delante de Dios con el grupo de su turno, según el ritual de los sacerdotes, le tocó a él entrar en el santuario del Señor a ofrecer el incienso; la muchedumbre del pueblo estaba fuera rezando durante la ofrenda del incienso. Y se le apareció el ángel del Señor, de pie a la derecha del altar del incienso. Al verlo, Zacarías se sobresaltó y quedó sobrecogido de temor. Pero el ángel le dijo: No temas, Zacarías, porque tu ruego ha sido escuchado: tu mujer Isabel te dará un hijo, y le pondrás por nombre Juan. Te llenarás de alegría, y muchos se alegrarán de su nacimiento. Pues será grande a los ojos del Señor: no beberá vino ni licor; se llenará de Espíritu Santo ya en el vientre materno, y convertirá muchos israelitas al Señor, su Dios. Irá delante del Señor, con el espíritu y poder de Elías, para convertir los corazones de los padres hacia los hijos, y a los desobedientes, a la sensatez de los justos, preparando para el Señor un pueblo bien dispuesto. Zacarías replicó al ángel: ¿Cómo estaré seguro de eso? Porque yo soy viejo, y mi mujer es de edad avanzada. El ángel le contestó: Yo soy Gabriel, que sirvo en presencia de Dios; he sido enviado a hablarte para darte esta buena noticia. Pero mira: te quedarás mudo, sin poder hablar, hasta el día en que esto suceda, porque no has dado fe a mis palabras, que se cumplirán en su momento. El pueblo estaba aguardando a Zacarías, sorprendido de que tardase tanto en el santuario. Al salir no podía hablarles, y ellos comprendieron que había tenido una visión en el santuario. Él les hablaba por señas, porque seguía mudo. Al cumplirse los días de su servicio en el templo volvió a casa. Días después concibió Isabel, su mujer, y estuvo sin salir cinco meses, diciendo: Así me ha tratado el Señor cuando se ha dignado quitar mi afrenta ante los hombres.Reflexión. El texto de hoy nos relata el anuncio de la concepción y del nacimiento del Precursor del Mesías.
1. Anunciaciones. El AT relata muchas anunciaciones, a las que se parecen las del NT. Antes de la Anunciación de la concepción y del nacimiento de Jesús tenemos la anunciación de Juan Bautista. Una de las funciones del relato es resaltar la posterior y más extraordinaria Anunciación de Jesús.
2. Zacarías. Era sacerdote del Templo, que tenía el turno de ofrecer el incienso. En su matrimonio había un pesar: la esterilidad de su esposa. Habían vivido gran parte de su vida y no quedaría nada de ellos para la posteridad. En ese contexto, era realidad dramática, se les consideraba no favorecidos por Dios. Además, para las parejas en esta situación era “vergonzoso” y “humillante”.
3. Incredulidad. Zacarías, no obstante es un sacerdote, duda ante la Palabra de Dios. Y como iba a ser Padre del que sería la “voz que clama en el desierto”, Dios le quita la palabra, queda mudo hasta que nazca su hijo. Aquí los contrastes con la Anunciación a María. Ella era una humilde joven, virgen que no se asusta ante la presencia del Ángel y que será obediente a la Palabra.
- A nosotros se nos anuncia hoy la venida del Señor, ¿cuál es el estado de nuestra fe en este momento? Revisemos nuestra vida y analicemos si nos estamos preparando adecuadamente para el nacimiento del Señor. Que la dimensión festiva de la Navidad, que tiene en nuestra sociedad, no nos prive del sentido profundo de ésta. Ten un feliz día.
Jueces 13,2-7.24-25ª. En aquellos días, había en Sorá un hombre de la tribu de Dan, llamado Manoj. Su mujer era estéril y no había tenido hijos. El ángel del Señor se apareció a la mujer y le dijo: Eres estéril y no has tenido hijos. Pero concebirás y darás a luz un hijo; ten cuidado de no beber vino ni licor, ni comer nada impuro, porque concebirás y darás a luz un hijo. No pasará la navaja por su cabeza, porque el niño estará consagrado a Dios desde antes de nacer. Él empezará a salvar a Israel de los filisteos. La mujer fue a decirle a su marido: Me ha visitado un hombre de Dios que, por su aspecto terrible, parecía un mensajero divino; pero no le pregunté de dónde era, ni él me dijo su nombre. Sólo me dijo: “Concebirás y darás a luz un hijo: ten cuidado de no beber vino ni licor, ni comer nada impuro; porque el niño estará consagrado a Dios desde antes de nacer hasta el día de su muerte.” La mujer de Manoj dio a luz un hijo y le puso de nombre Sansón. El niño creció y el Señor lo bendijo. Y el espíritu del Señor comenzó a agitarlo.
Salmo 70. Que mi boca esté llena de tu alabanza y cante tu gloria. Sé tú mi roca de refugio, el alcázar donde me salve, porque mi peña y mi alcázar eres tú. Dios mío, líbrame de la mano perversa. R. Porque tú, Dios mío, fuiste mi esperanza y mi confianza, Señor, desde mi juventud. En el vientre materno ya me apoyaba en ti, en el seno tú me sostenías. R. Contaré tus proezas, Señor mío, narraré tu victoria, tuya entera. Dios mío, me instruiste desde mi juventud, y hasta hoy relato tus maravillas. R.
Fray Luis Galindo,O.P.