La Palabra del día 04 de diciembre del 2015
Creado el Miércoles, 10 de Febrero del 2016 11:28:36 pm
Ten compasión de nosotros, hijo de David. Al llegar a la casa se le acercaron los ciegos, y Jesús les dijo: ¿Creéis que puedo hacerlo? Contestaron: Sí, Señor. Entonces les tocó los ojos, diciendo: Que os suceda conforme a vuestra fe. Y se les abrieron los ojos. Jesús les ordenó severamente: ¡Cuidado con que lo sepa alguien! Pero ellos, al salir, hablaron de él por toda la comarca.Reflexión. La ceguera de la ignorancia y del pecado es un mal que nos afecta a todos. En el adviento preparémonos para recibir a quien es la Luz de las naciones.
1. Ciegos que ven. Los dos ciegos que siguen a Jesús hacen una profunda profesión de fe en Jesús. Lo proclaman Dios, al decirle “ten compasión”, y lo aclaman como Cristo, o Mesías esperado, al decirle “hijo de David”.
2. El poder de la fe. La fe de los ciegos los lleva a pedirle al Señor la luz. Jesús no es indiferente a la súplica del que confía en él. El que cree en él recibe la luz, porque se convierte en hijo de la Luz.
- El adviento es tiempo propicio para acercarnos a recibir la radiante Luz que viene en la Navidad. Esta luz nos libra de las tinieblas de la ignorancia y del pecado. Ten un feliz día.
Isaías 29,17-24. Así dice el Señor: "Pronto, muy pronto, el Líbano se convertirá en vergel, el vergel parecerá un bosque; aquel día, oirán los sordos las palabras del libro; sin tinieblas ni oscuridad verán los ojos de los ciegos. Los oprimidos volverán a alegrarse con el Señor, y los más pobres gozarán con el Santo de Israel; porque se acabó el opresor, terminó el cínico; y serán aniquilados los despiertos para el mal, los que van a coger a otro en el hablar y, con trampas, al que defiende en el tribunal, y por nada hunden al inocente." Así dice a la casa de Jacob el Señor, que rescató a Abrahán: "Ya no se avergonzará Jacob, ya no se sonrojará su cara, pues, cuando vea mis acciones en medio de él, santificará mi nombre, santificará al Santo de Jacob y temerá al Dios de Israel. Los que habían perdido la cabeza comprenderán, y los que protestaban aprenderán la enseñanza."
Salmo 26. El Señor es mi luz y mi salvación. El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién temeré? El Señor es la defensa de mi vida, ¿quién me hará temblar? R. Una cosa pido al Señor, eso buscaré: habitar en la casa del Señor por los días de mi vida; gozar de la dulzura del Señor, contemplando su templo. R. Espero gozar de la dicha del Señor en el país de la vida. Espera en el Señor, sé valiente, ten ánimo, espera en el Señor. R.
Fray Luis Galindo,O.P.