La Palabra del día 02 de diciembre del 2015
Creado el Miércoles, 10 de Febrero del 2016 11:28:36 pm
Acudió a él mucha gente llevando tullidos, ciegos, lisiados, sordomudos y muchos otros; los echaban a sus pies, y él los curaba. La gente se admiraba al ver hablar a los mudos, sanos a los lisiados, andar a los tullidos y con vista a los ciegos, y dieron gloria al Dios de Israel. Jesús llamó a sus discípulos y les dijo: Me da lástima de la gente, porque llevan ya tres días conmigo y no tienen qué comer. Y no quiero despedirlos en ayunas, no sea que se desmayen en el camino. Los discípulos le preguntaron: ¿De dónde vamos a sacar en un despoblado panes suficientes para saciar a tanta gente? Jesús les preguntó: ¿Cuántos panes tenéis? Ellos contestaron: Siete y unos pocos peces. Él mandó que la gente se sentara en el suelo. Tomó los siete panes y los peces, dijo la acción de gracias, los partió y los fue dando a los discípulos, y los discípulos a la gente. Comieron todos hasta saciarse y recogieron las sobras: siete cestas llenas.Reflexión. Jesús es el buen pastor que cura y alimenta a sus ovejas.
1. Jesús cura todo tipo de enfermos. El Señor sube a un monte y sentado recibe a todos los que vienen a él para ser curados. A todos les devuelve la salud física y espiritual, todos vuelven sanos a casa.
2. Jesús alimenta a todos. Su corazón compasivo le mueve a no devolverlos estómago vacío. Con una cantidad mínima de alimento sacia a todos, haciéndolos sentar, un gesto que significa y manifiesta que los hace hombres libres.
- Jesús, en nuestro camino de adviento, espera para restaurar nuestra salud integral, para hacernos libres, saciar nuestra hambre de felicidad y sentido de vida. Ten un feliz día.
Isaías 25,6-10ª. Aquel día, el Señor de los ejércitos preparará para todos los pueblos, en este monte, un festín de manjares suculentos, un festín de vinos de solera; manjares enjundiosos, vinos generosos. Y arrancará en este monte el velo que cubre a todos los pueblos, el paño que tapa a todas las naciones. Aniquilará la muerte para siempre. El Señor Dios enjugará las lágrimas de todos los rostros, y el oprobio de su pueblo lo alejará de todo el país. -Lo ha dicho el Señor-. Aquel día se dirá: "Aquí está nuestro Dios, de quien esperábamos que nos salvara; celebremos y gocemos con su salvación. La mano del Señor se posará sobre este monte."
Salmo 22. Habitaré en la casa del Señor por años sin término. El Señor es mi pastor, nada me falta: en verdes praderas me hace recostar; me conduce hacia fuentes tranquilas y repara mis fuerzas. R. Me guía por el sendero justo, por el honor de su nombre. Aunque camine por cañadas oscuras, nada temo, porque tú vas conmigo: tu vara y tu cayado me sosiegan. R. Preparas una mesa ante mí, enfrente de mis enemigos; me unges la cabeza con perfume, y mi copa rebosa. R. Tu bondad y tu misericordia me acompañan todos los días de mi vida, y habitaré en la casa del Señor por años sin término. R.
Fray Luis Galindo,O.P.