LA COLUMNA DEL DÍA | Vivimos en una sociedad con seres anómicos
Creado el Miércoles, 23 de Abril del 2025 09:11:34 am

Seres anómicos, qué expresión tan rara. A veces nos preguntamos por qué ciertas personas cometen o realizan acciones indebidas muchas veces al margen de la ley o de las buenas costumbres que tiene una sociedad, sabiendo que no deben hacerlo. Hay una explicación para ello. La anomia, como concepto sociológico, describe un estado de desregulación social donde las normas tradicionales pierden fuerza, dejando a los individuos sin un marco claro de referencia moral. Émile Durkheim, quien desarrolló esta idea, argumentaba que surge en períodos de transformación social acelerada, como crisis económicas o cambios tecnológicos, cuando las estructuras sociales no logran adaptarse lo suficientemente rápido.
Es así que, cuando las normas sociales y éticas pierden su fuerza, algunos individuos pueden justificar acciones como el robo bajo la lógica de que es "parte del sistema" o "necesario para sobrevivir"o “que robe pero que haga obras”, etc. Esto no solo perpetúa el daño a la sociedad, sino que también refuerza la desconfianza y el cinismo hacia las instituciones. La anomía también lo encontramos en políticos y empresarios. En el caso de la clase política y empresarial, la anomia puede manifestarse cuando los valores éticos y las normas sociales son reemplazados por intereses personales o de grupo. Esto puede deberse a factores como la desigualdad económica, la falta de regulación efectiva o la presión por alcanzar metas inalcanzables. Las consecuencias incluyen corrupción, abuso de poder y una desconexión entre las instituciones y la sociedad, lo que puede generar desconfianza en la población.
En estos tiempos, hay una anonimia moderna. Fenómenos como la globalización y la automatización laboral han exacerbado estos problemas. Muchos trabajadores ven cómo sus habilidades quedan obsoletas en pocos años, mientras que las redes sociales promueven ideales de riqueza y éxito inalcanzables para la mayoría. Esta brecha entre expectativas y realidad es un caldo de cultivo para la anomia moderna.
Lo preocupante es que, las personas nos estamos acostumbrando a convivir con seres anómicos. Esto es muy peligroso si no hacemos nada al respecto. Por lo que, desde nuestro hogar, nuestra empresa o desde nuestro centro de trabajo o estudio, debemos:
Fortalecer la educación ética: Integrar principios de responsabilidad social y ética en la formación de líderes empresariales y políticos.
Mayor regulación y transparencia: Implementar leyes que promuevan la rendición de cuentas y dificulten la corrupción.
Participación ciudadana: Fomentar la vigilancia y el activismo social para exigir cambios en las instituciones.
Cultura organizacional basada en valores: Empresas y gobiernos deben promover una cultura donde la integridad y el servicio público sean prioridades.
Falta de sanciones efectivas que castiguen a quien o quienes cometen actos dolosos
Restaurar el tejido social es un desafío, pero no imposible.
Felipe Llenque Tume es doctor en Administración, past decano del Colegio Regional de Licenciados en Administración (Corlad Chimbote), director de la Escuela de Administración en la Uladech Católica, consultor en capacitación y asesoría empresarial a sectores económicos de producción y servicios, y miembro del Directorio de Sedachimbote.
