LA COLUMNA DEL DÍA | Nuestra basura
Creado el Lunes, 4 de Febrero del 2019 02:44:33 pm
El tratamiento de los residuos sólidos es uno de los grandes retos para la administración de una ciudad. Cada día, los camiones de basura recogen en Chimbote y Nuevo Chimbote cerca de 300 toneladas. Si vaciáramos todos esos desperdicios en el Estadio Gómez Arellano, lo llenaríamos como un enorme tazón y, aun así, quedaría en las calles la basura que no se alcanza a recoger.
Casi el 50% de los desechos –la mayoría orgánicos– se genera en los mercados. A mediados del 2018, la Gerencia de Gestión Ambiental de Nuevo Chimbote propuso convertirlos en abono para los parques y jardines. Se anunció un plan piloto con 12 mercados, pero medio año después poco se sabe de los resultados.
En la Municipalidad Provincial del Santa también se inició un plan integral para mejorar la recolección de basura, a través del reciclaje. El impacto tampoco se nota mucho.
Tal vez el asunto está en la perspectiva que adoptamos cuando pensamos en quién debe solucionar el problema. Todas las luces apuntan a los municipios como responsables, pero si vamos al origen notaremos que la responsabilidad nace en cada familia.
¿Se han preguntado cuánta basura innecesaria producimos? Una familia de 4 personas produce en promedio 2 kilos de basura por día. Arrojamos al tacho bolsas, cartones, botellas plásticas y cientos de empaques que bien podrían ser reutilizados o cuyo uso podríamos evitar. Por ejemplo, ¿cuántos de nosotros usamos bolsas de tela para comprar el pan o ir al mercado? ¿Cuántos de nosotros compramos fruta empacada, a pesar de que los plátanos o las naranjas ya tienen su propia cubierta natural? Un simple cambio de hábitos podría ahorrarle a la ciudad el recojo de decenas de toneladas de basura.
Nos resulta fácil exigir que pase el carro de la basura, pero todos los días tiramos envolturas al piso, arrojamos vasos y botellas desde el colectivo o dejamos impunemente que las avenidas se llenen de desmonte. En algunos colegios y hasta en la universidad resulta inaudito ver como a los jóvenes poco les importa sentarse en un aula llena de papeles y cáscaras en el piso.
La limpieza de la ciudad no es solo un tema municipal, es un tema de familia y de personas. Por supuesto que hace falta gestión para contar con un relleno sanitario, y no solo un botadero que no es otra cosa que un enorme foco de contaminación. Hace falta una planta que procese la basura reutilizable y reduzca el impacto de la que ya no sirve.
Sin embargo, lo más importante es que los ciudadanos entendamos que no tendremos una ciudad limpia y digna si no dejamos de ser los cochinos que demostramos ser cuando acudimos a una playa limpia y la dejamos hecha un basural, como ocurre cada verano.
* Manuel Chiroque Farfán es docente de Audiovisuales y Periodismo en la Escuela de Comunicación Social de la Universidad Nacional del Santa (UNS), actividad que comparte con la producción audiovisual y consultorías en comunicación corporativa. Integra la Red Iberoamericana de Investigación en Narrativas Audiovisuales.
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