LA COLUMNA DEL DÍA | El reto de ser maestros como el Maestro
Creado el Viernes, 14 de Julio del 2023 08:31:19 pm
Hoy quisiera que usted se ponga en el rol de profesor. Si usted estuviera dirigiendo la clase y ve a un estudiante cabizbajo, lloroso y esquivo. ¿qué haría? Si nota que un estudiante aplicado de pronto está distraído, ¿cómo actuaría? Si usted fuera profesor de matemática y llegan estudiantes trasladados, muy atrasados en el avance curricular, ¿qué medidas tomaría? Las disposiciones señalan que las horas de clase son efectivas y no se deben interrumpir.
No sé qué haría usted, pero yo, en su momento, interrumpí mi clase mientras dejaba trabajando a los demás, para poder hablar con esos estudiantes. No sé si hice bien, pero pude descubrir a una estudiante que quería suicidarse y que hoy es empresaria. Supe que una estudiante destacada descubrió a su padre fumando marihuana y sufría porque temía que muriera; ella culminó muy bien sus estudios, le va estupendo en el extranjero, y su padre, trabajando. Los estudiantes que no se rindieron por ser los últimos en matemática terminaron enseñando a sus compañeros; ahora son ingenieros.
Todas las profesiones tienen un día conmemorativo, en reconocimiento a su aporte a la sociedad. El Día del Maestro tiene una característica especial por la trascendencia de su quehacer, pero sobre todo por la connotación de la palabra “maestro”.
En mi recorrido profesional de casi tres décadas, he leído y escuchado muchas frases sobre ser maestro y también he sido testigo de muchos homenajes y celebraciones a todos los que se desempeñan como docentes en la educación básica, o incluso a aquellos que, sin ejercer, cuentan con un título de profesor o licenciado en Educación.
A todos los anteriores se les considera, indistintamente, maestros; sin embargo, desde que estudiaba para ser profesor, algunos de ellos me enseñaron que “docente” es quien cumple un rol de enseñanza para la cual no es imprescindible contar con un título profesional; por otro lado, “profesor” es quien, ejerciendo o no, cuenta con un título profesional para enseñar, y, finalmente, el ser “maestro” no es un grado académico, sino más bien de tipo personal, que influye positivamente en la vida de sus alumnos o discípulos trascendiendo el tiempo. Ustedes no deben conformarse con solo ser profesores; deben aspirar a ser maestros.
No hay mayor satisfacción para quienes hemos tenido en nuestras manos la formación de personas que no son nuestros hijos, pero a quienes, después de tiempo, encontramos y casi no reconocemos, y nos dicen “gracias a ti ahora me va bien”, “tus consejos cambiaron mi vida”, o frases similares. ¿Nos pasa así a todos los que trabajamos en las aulas? Debería.
Dicen que un profesor trabaja para la eternidad; nadie puede predecir dónde acabará su influencia. Si así lo creemos, ¿debemos conformarnos con solo instruir en las aulas, promoviendo competencias a priori, impuestas por el gobierno, o debemos ir más allá? ¿Debemos ocuparnos de hacer crecer a nuestros estudiantes, de fortalecerlos, de ayudarlos a creer en sí mismos y formarlos para enfrentar la vida con éxito y pensando en el bien común?
A la gran mayoría de profesores nos gusta que nos llamen maestros, y algunos así se autodenominan; no obstante, ser maestro, más que un título o autodenominación, es una consideración de las personas que estuvieron bajo nuestra influencia. Ese es un privilegio al cual debemos aspirar para trascender las aulas y hasta nuestras propias vidas.
En el transcurso de mi vida he tenido muchísimos profesores, pero pocos maestros. A pesar del tiempo, los recuerdo con cariño y les agradezco siempre. Gracias a ellos he podido creer en mí y crecer.
Para muchos de nosotros, nuestro padre fue un gran maestro, de la misma manera que lo fueron muchas otras personas que, con o sin estudios, pasaron por nuestras vidas, dejando su influencia para siempre. Con mayor razón ser maestro debe ser el compromiso de quienes tenemos a nuestro cargo, más que la instrucción, la formación de nuevas personas.
Por eso, hoy, terminados los festejos por el Día del Maestro, les pido sobre todo a los profesores que, emulando a Jesucristo, pensemos: “Debo ser un maestro como el Maestro”.
* Miguel Arista Cueva es docente y abogado. Consultor, conferencista, especialista en gestión pública, educación y derecho administrativo. Fue director regional de Educación de Áncash y del Colegio de Alto Rendimiento de Cajamarca.