LA COLUMNA DEL DÍA | Dina a la derecha
Creado el Lunes, 26 de Diciembre del 2022 09:39:31 am

Las protestas sociales por la caída de Pedro Castillo fueron contaminadas por la violencia de infiltrados que desdibujaron la naturaleza originaria de las movilizaciones y obligaron a la presidenta Boluarte a declarar estado de emergencia en varias regiones y sacar a las fuerzas armadas para desbloquear las carreteras y reestablecer el orden público.
La virulencia de las protestas ha tenido un efecto político inesperado y es que, ante la necesidad de establecer alguna base de apoyo sobre la que pueda cimentar su gobierno, Dina Boluarte parece haber encontrado en las fuerzas armadas el respaldo político del que está huérfana.
La actual presidenta no era precisamente una conservadora y menos aún una admiradora del verde olivo, pues fue vicepresidenta e incondicional de Pedro Castillo hasta poco antes del intento golpista del profesor chotano, por eso resulta complicado entender y creer que era “marginada” por su antecesor, aunque es necesario reconocer que actuó con bastante tino político cuando no apoyó la forzada cuestión de confianza promovida por Aníbal Torres y gracias a su entripado interno con Betsy Chávez fue desembarcada del último y fallido gabinete de Castillo.
Es evidente que Boluarte no es una mujer de derecha, por el contrario; ella públicamente se identifica con ideas de izquierda, en una variante zurda que la llevó a coincidir con Vladimir Cerrón en la misma fórmula presidencial que inscribió Perú Libre en las elecciones generales del 2021. Una vez asumida la vicepresidencia se desmarcó del sentenciado líder del lapicito y se acercó entusiastamente a la izquierda caviar, pero de viejo cuño, que está muy vinculada al humalismo.
Al llegar al gobierno y encontrarse con un país al borde del caos, Boluarte escuchó con atención que en las movilizaciones a nivel nacional han participado no más de ocho mil peruanos, que la violencia fue promovida por un millar de desadaptados y que tanto la izquierda que respaldó políticamente a Castillo en el gobierno encarnada por Verónika Mendoza y Roberto Sánchez como la izquierda caviar limeña que lo apoyó en la segunda vuelta, están muy desprestigiadas ante los ojos de la mayoría de peruanos, y, frente a ello, decidió buscar el ansiado respaldo político en un nicho distinto a su espacio natural que es zurdo, optando por un respaldo no solo constitucional, sino en los hechos, a cargo de las Fuerzas Armadas.
Dina Boluarte tuvo una rápida lectura política, en la que comprendió que millones de peruanos respetamos el derecho a la protesta, pero jamás comprenderemos y menos aún justificaremos la violencia, que el reclamo de un sector de la población no puede ser utilizado para destruir y perjudicar a los demás, que la gran mayoría de peruanos queremos, antes que nada, vivir en paz.
La primera mandataria mujer de nuestro país en doscientos años de vida republicana, ha decidido tomar el camino de reestablecer el orden público con el apoyo constitucional de las Fuerzas Armadas, en una válida, comprensible y arriesgada apuesta por la estabilidad social del país.
El camino que le espera a Boluarte es difícil y no depende solo de ella, por un lado, tiene un Congreso proclive a los arreglos bajo la mesa y que no se quiere ir, por otro lado, tiene a grupos radicales que continúan queriendo promover el caos, y finalmente tiene a la izquierda de la que es originaria buscando generar el momento constituyente, aunque este momento signifique la caída de su transitorio gobierno, por ello, se entiende su inesperado giro a la derecha propiciado irónicamente por la izquierda que la llevó al poder.
*Pablo Rioja Cueva es abogado especialista en derecho constitucional y administrativo, árbitro en contrataciones con el Estado y laboral. Tiene amplia experiencia en gestión pública y docencia universitaria. Fue regidor en la Municipalidad Provincial del Santa.
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