Diario Correo de Chimbote cometió error garrafal en su portada de hoy
Creado el Jueves, 13 de Febrero del 2014 12:47:15 am
“En aras de la verdad y la transparencia, hoy admitimos con franqueza que la portada (…) fue errada. Falsa”, señaló la editora del diario, Patricia Cardoza Cribillero, en un artículo que publicarán mañana junto a la nota aclaratoria.
La editora reconoció que no es fácil para un periodista “tragarse un dinosaurio” como el que deberán ‘comerse’ ellos por la nota publicada, “más aún cuando está en juego la credibilidad que tanto esfuerzo nos costó construir en estos casi nueve años de labor”.
Patricia Cardoza compartió con RSD Noticias la nota de su autoría que aparecerá mañana en el diario Correo de Chimbote.
MEA CULPA
Los cínicos no sirven para este oficio, dice el maestro del periodismo, Ryzsard Kapuscinki. Precisamente por eso, porque en Correo no somos cínicos, reconocemos con hidalguía y humildad que cometimos un error garrafal. Por tanto, es nuestro deber pedir disculpas públicas a nuestros lectores y a todos los involucrados.
No es fácil para un periodista tragarse un dinosaurio (así lo calificó con toda razón una colega y amiga) como el que nosotros nos tragamos en la víspera. Más aún cuando está en juego la credibilidad que tanto esfuerzo nos costó construir en estos casi nueve años de labor.
En aras de la verdad y la transparencia, hoy admitimos con franqueza que la portada, en la cual dimos cuenta ayer de una disposición de la jueza Karina Medina Machado, de enviar a prisión preventiva a Henry Aguilar Baca, yerno del congresista Víctor Crisólogo Espejo, fue errada. Falsa.
La información real es que la magistrada declaró infundado el pedido de detención para el pariente del parlamentario y ordenó comparecencia restringida y el pago de una caución de apenas mil soles. Al margen de que estemos o no de acuerdo con esa decisión, lamentablemente ofrecimos a nuestros lectores una información que dista mucho de la verdad. Esa verdad que siempre buscamos defender, pese a quien le pese, cueste lo que cueste.
No vamos a ahondar en explicaciones porque, creo, están de más. Hubo una imperdonable descoordinación, un exceso de confianza, quizá. Pero el yerro está ahí, visible, palpable, recordándonos a cada instante que en nuestra profesión, como en la de los médicos, equivocarse puede costar muy caro. Asumimos las consecuencias, pero dejamos en claro que jamás fue un acto premeditado con el ánimo de torcer la opinión de nuestros lectores.
Nos queda comprometernos a redoblar esfuerzos para que una situación similar no vuelva a suceder. Por nuestra honorabilidad y por la pasión que tenemos por el buen periodismo.
Patricia Cardoza Cribillero
Editora