Banda desarticulada en Chimbote operaba al estilo “Orellana”
Creado el Viernes, 30 de Septiembre del 2016 01:26:35 pm | Modificado el 06/10/2021 01:29:51 pm
El fiscal de Crimen Organizado del Santa, César Villegas, consideró que la banda desarticulada esta madrugada, tras un megaoperativo realizado en Chimbote, Nuevo Chimbote, Huaraz y Lima, “era un grupo de abogados, confabulados con notarios”, quienes, bajo procesos arbitrales fraudulentos, lograron apoderarse de propiedades de la Caja del Pescador.
El magistrado indicó que si bien se expidió la orden de detención preliminar para 21 personas, de las cuales 15 han sido detenidas (13 en Chimbote y Nuevo Chimbote, y 2 en Lima), los investigados son 42 en total.
Respecto al monto de dinero que esta organización criminal habría acumulado ilícitamente, dijo que aún no se han hecho los peritajes para determinarlo. Agregó que uno de los cabecillas sería el abogado Edwin Michel Agurto Honores, quien cuyo estudio jurídico funciona en el jirón Manuel Villavicencio N° 433, oficina 303 (Chimbote).
¿CÓMO OPERABAN?
La organización criminal denominada “Los traficantes de cuello y corbata” se formó en el 2011 y operaba al estilo de la organización que presuntamente lideraba el ahora preso abogado limeño Rodolfo Orellana Rengifo.
Según la hipótesis fiscal, la banda estaba integrada en su mayoría por profesionales del derecho, quienes se habrían asociado con testaferros y notarios para apoderarse de 18 inmuebles de la Caja de Beneficios y Seguridad Social del Pescador y también habrían logrado adueñarse de la embarcación pesquera “José Otilio III”
¿CÓMO LOGRABAN SU ILÍCITO OBJETIVO?
La fiscalía sostiene que en su investigación preliminar ha logrado determinar que los integrantes de esta organización criminal realizaban procesos arbitrales fantasmas e inexistentes, para lo cual falsificaban firmas y sellos.
Asevera que la organización criminal demandaba, mediante testaferros, la propiedad de un inmueble, para lo cual presentaban ilegales documentos de compra-venta, notificaban falsamente a los demandados, quienes al no estar enterados de nada, no podían defenderse.
La organización declaraba “en rebeldía” a los demandados y expedía los laudos arbitrales ordenando escritura pública de los predios a favor de los testaferros. Este documento era enviado al notario público y luego iban a Registros Públicos para inscribirlos.
Para evitar que los propietarios, al enterarse de estos hechos, intentaran recuperar sus inmuebles, la organización criminal hacía que sus testaferros traspasaran las propiedades a terceros. (RSD Noticias).