Rosa María Palacios | Los fariseos de la palabra
Creado el Miércoles, 30 de Noviembre del 2016 11:23:40 am | Modificado el 06/10/2021 01:30:06 pm
Son 116 páginas, incluyendo glosario y bibliografía, las que tiene el “Currículo Nacional de la Educación Básica” que se publica en el portal web del Ministerio de Educación. Es el que está vigente y publicado. A leer pues 116 páginas para encontrar donde se promueve el uso de anticonceptivos en niñas de 12 años, la masturbación masiva o que los niños y niñas usen los mismos baños.
Porque claro, si usted lee algo así debe alarmarse ¿no? https://www.aciprensa.com/noticias/peru-exigen-a-gobierno-retirar-ideologia-de-genero-de-material-de-educacion-escolar-11578/
Si pues, que pereza, pero alguien tiene que hacerlo. Y lo hice. Demora mucho más si es que uno pasa por las 116 páginas tratando de encontrar algo parecido a lo que parece aterrar a congresistas y a “miles” de ciudadanos que, sospecho, no han leído, con calma, una por una, las 116 páginas del hoy famoso currículo.
Empecemos con una aclaración personal. Soy católica y practico mi fe, pecadora como todos, pero ahí vamos. Tengo 5 hijos, dos en edad escolar. Casada 28 años. Trabajo en una radio pastoral católica, Radio Santa Rosa, perteneciente a la Sociedad Dominica de Medios de Comunicación. Es decir el estereotipo de libertina, atea o cualquier otra calificación denigrante para con el prójimo es bien difícil que me la puedan poner. Otras, tal vez, pero estas, no.
Dicho esto, primero tranquilizar a las personas que de buena fe –y que sin leer las 116 páginas– han creído que efectivamente las escuelas peruanas se iban a transformar en un centro de promoción de la fornicación. Tranquilos. Nada de eso existe, más allá de la imaginación afiebrada de algún mal intérprete de textos y de – esto si es grave – la dolosa complicidad de fanáticos fundamentalistas que utilizan, como los fariseos, “el texto para encontrar el pretexto”. A esos hay que denunciarlos, sean católicos o protestantes, da lo mismo.
En la página 10, apenas se inicia la lectura, se indica como uno de los enfoques del currículo que “el estudiante comprende y aprecia la dimensión espiritual y religiosa en la vida de las personas y sociedades”. Preocupante ¿no? porque si así empieza ¿dónde va el sexo salvaje y desordenado que anticipan nuestros padres de la patria?
En el “Enfoque inclusivo o atención a la diversidad”, página 12, ¿qué es lo que preocupa? ¿El respeto a las diferencias? ¿La equidad en la enseñanza? o ¿La confianza en la persona? Ni idea. Pero seguí leyendo con la esperanza de encontrar algo de lo prometido.
En la página 16 está el “Enfoque de igualdad de género”. ¡Bingo! Como género es ya casi una palabra pecaminosa ahí tenía que estar el sexo. Pero que desilusión. Se propone fomentar los valores de igualdad, dignidad, justicia y empatía. ¿Tal vez será la justicia lo que molesta? Dice el texto: “Docentes y directivos fomentan la asistencia de las estudiantes que se encuentran embarazadas o son madres o padres de familia”. ¡Ahí está el sexo! Obvio ¿no? Pero, que pretenden, ¿que las jóvenes embarazadas no vayan más a la escuela? ¿O tal vez será este el texto perturbador?: “Docentes y directivos fomentan la valoración sana y respetuosa del cuerpo e integridad de la persona, en especial se previene y atiende adecuadamente las posibles situaciones de violencia sexual (ejemplo, tocamientos indebidos, acoso, etc)”. ¿No es acaso este texto contradictorio con todas las tonterías que se han dicho sobre el currículo? ¿Es decir, este es un texto que fomenta el libertinaje sexual? ¿En qué interpretación de la lectura puede ser esa una respuesta siquiera cercana a la verdad?
¿O será que lo que les molesta es que se promueva el valor de la empatía? En el texto se dice que se debe: “transformar las diferentes situaciones de desigualdad de género, evitando el reforzamiento de estereotipos”, es decir, bienvenidos al siglo XXI donde las niñas pueden soñar con ser ingenieras o doctoras. Pero, claro, si vives en el siglo XIX leer algo así debe ser demoledor.
Pero avancemos en la lectura. Luego de los enfoques transversales, pasamos a las competencias y capacidades. La primera competencia es “Construye su identidad”. Y las capacidades para esta competencia (que obviamente van por grados hasta llegar al alumno egresado) son las siguientes: “Se valora a sí mismo”. “Autorregula sus emociones”. “Reflexiona y argumenta éticamente”. “Vive su sexualidad de manera plena y responsable”.
¡Ahí está! página 30. Ahí está la pistola humeante de la “ideología de género”. ¿Cómo va a vivir su sexualidad? ¡Ni hablar! Pero leamos que dice el texto que horroriza a nuestros fariseos. Vivir su sexualidad, “es tomar conciencia de sí mismo como hombre o mujer a partir de su imagen corporal, de su identidad sexual o de género y mediante la exploración y valoración de su cuerpo. Supone establecer relaciones de igualdad entre mujeres y hombres así como relaciones afectivas armoniosas y libres de violencia. También implica identificar y poner en práctica conductas de autocuidado frente a situaciones que pueden poner en riesgo su persona o vulnerar sus derechos sexuales y reproductivos”.
Quien lee en ese párrafo algo parecido al libertinaje sexual tiene que estar bien enfermo, es decir tener una obsesión con el sexo explicable sólo por un psiquiatra, ¿Esquema corporal? ¡Se enseña en inicial! ¿No sabían? Pregunten a cualquier docente. ¿Cómo se define un niño o niña si no conoce su cuerpo? ¿Y si un niño se siente un poco distinto a los demás? ¿Tiene derecho toda la promoción, profesores incluidos, a agarrarlo a golpes por no ser el machito que se espera? Porque de eso se trata, supongo. De acosar al niño o joven para que no nos vaya “a salir” ¡homosexual! (palabra que no existe en las 116 páginas del Currículo como si fueran invisibles en la escuela ¿no?) Digo, si cada quien puede interpretar el texto como quiera, también podemos interpretar que la eliminación de ese párrafo promueve la violencia física y sexual en la escuela. ¿O no es acaso un derecho sexual conservar el pudor? ¿Eso les molesta? ¿Que los niños tengan derecho a no ser manoseados, violados o acosados? Porque de eso se trata. Esos son sus derechos sexuales. ¿Y quieren que las jóvenes embarazadas aborten? Porque si les quitan los derechos reproductivos, no les quedará otra para no perder la escuela. ¿Ahora son promotores del aborto? ¿Ven cómo se pueden usar las palabras?
Encontré algo más. En este supuesto documento libertino, página 24, se lee en las “Competencias 30 y 31” lo siguiente: El alumno “construye su identidad como persona única, amada por Dios, digna, libre y trascendente, comprendiendo la doctrina de su propia religión, abierto al dialogo con las que le son cercanas”. “Asume la experiencia del encuentro personal y comunitario con Dios en su proyecto de vida en coherencia con su creencia religiosa”. (Estas dos competencias se desarrollan en el área de educación religiosa. Según la Ley 29635, ley de libertad religiosa, los padres de familia o estudiantes cuya confesión religiosa es distinta a la católica pueden solicitar exoneración sin perjuicio alguno).
Esta es la verdad. En la escuela pública peruana se enseñan dos horas semanales de religión católica, como consecuencia del Concordato (es un Tratado) entre el Estado Peruano y el Estado Vaticano. No me llama la atención que los pastores evangélicos omitan este hecho. Lo que me sorprende es que lo omitan quienes se suman a estos estilos fundamentalistas que tratan la palabra como si fuera un arma de manipulación.
Si quieren bajarse al Ministro de Educación por su defensa de la Reforma Universitaria, apristas y fujimoristas, comiencen por decir la verdad en lugar de hacer perder el tiempo.
Fariseos, que pereza da leer tanto embuste, tantos fantasmas que solo habitan sus mentes.
Para los interesados el link al Currículo es este: http://www.minedu.gob.pe/curriculo/pdf/curriculo-nacional-2016-2.pdf