LOS AÑOS GRUNGE | Si me dieran a elegir
Creado el Lunes, 23 de Enero del 2017 08:22:30 pm
A la amistad, fenómeno más difícil y raro de encontrar que el amor, hay que salvarla como sea. En esa frase de Moravia, pensaba aquella noche del cumpleaños de Pamela, en los ganchos de acero con que uno tiempla el alma que extiende hacia los amigos, en los escasos especímenes a los que a esta altura de mi vida puedo denominar de ese modo -precisamente- y en la confianza y los frutos buenos que me han dado.
Húmeda y deliciosa, la palabra fluyó mejor esa noche luego de haberse ingerido nuestro licor de bandera. Así al menos parecían pensar los falsos enólogos que acudieron prestos y puntuales a la invitación, los libadores, curiosos y averiguadores de los misterios del pisco, los catadores y tercos bebedores desparramados en los muebles (borrachos, llamémoslos así sin aspavientos), viajeros del jengibre, el limón y el quebranta. Desconozco si hubo baile aquella noche (me fui temprano, habré de enterarme), pero cuando me puse de pie para marcharme, las chicas ya estaban “avanzadas”, chaposas, chismeando y riendo hasta por el vuelo de una mosca.
Nacida con la luz y afirmada con el trato, la amistad se ensancha con el paso del tiempo. Si me dieran a elegir, preferiría no encontrarme –estos días- con viejos amigos, sino en hacer nuevos; ensanchar ese parentesco sin sangre que llega sin que uno lo haya llamado, sin pedir permiso.
Al salir y cruzar el jirón Gamarra, el portero de “El celler de cler” me pidió fuego y le advertí que con cigarro o sin él, moriría igual de frío. En breve conversa, mientras ataba los inexistentes pasadores de mis zapatos, le comenté que volvía de una farra, una fiesta atestada de amigos con quienes nunca mato las horas, pero a quienes busco con horas para vivir. Su mirada desconcertada (con la que mira a los fucking pastrulos de madrugada y a otros esperpentos) me conminaron a irme, a avanzar por Independencia camino a Orbegoso, a repasar la noche, el bosque de piernas y el cumpleaños, los abrazos a la dueña del santo (que los haya cumplido feliz) y a las chicas guapas perfeccionando y enriqueciendo la cita; los amigos: viva imagen que tengo de mí mismo.
*Escritor y periodista