LA COLUMNA DEL DÍA | Oscuridad y frivolidad del poder
Creado el Martes, 26 de Marzo del 2024 10:56:24 pm
El ejercicio del poder en cualquier nivel de la esfera pública, nacional, regional o local, en condiciones normales, debe llevarse en el marco de procesos de transparencia, respeto a la institucionalidad democrática y manteniendo en todo momento buenas prácticas de profesionalismo, de sencillez, cordialidad, diálogo horizontal con la población y un permanente sometimiento al escrutinio público de los organismos de control y de los medios de comunicación.
Cuando un ciudadano ocupa un cargo público, y tiene la enorme satisfacción de servir a la población, no cuesta nada hablar con la verdad; y por supuesto constituye una obligación planificar y organizar bien su trabajo, actuar con sentido de responsabilidad y hacer su mayor esfuerzo para cumplir con el encargo de servir al país.
Lamentablemente, la cruda realidad, es que la mayoría de funcionarios públicos con honrosas excepciones, caen como por arte de magia, en las garrar de la frivolidad, del trato autoritario, o se creen la divina pomada. Incluso muchos que parecían personas serias y tratables, sufren inusitadas transformaciones y llegan a pensar que todos deben darle un trato preferencial porque son “importantes funcionarios”.
Desde mi humilde experiencia y punto de vista. Los funcionarios públicos que se transforman y se creen los señorones o señoronas; que de un día para el otro cambian de ropaje, no hacen sino tapar su mediocridad, su incompetencia y falta de un mínimo sentido común. Un funcionario público no necesita ningún cambio de ropaje para sentirse importante. Un funcionario público se gana el respeto y consideración de la población, cuando trata bien a la gente y demuestra con su trabajo, que está preparado para asumir responsabilidades y retos, y sobre todo para tener resultados en bien de la población.
En ese contexto, la tragicomedia de los 10 o 15 Rolex de la señora Boluarte no hacen sino desnudar la frivolidad y oscuridad en la que se mueve nuestra ocasional presidenta, que cada día ella y sus ministros solo se esmeran por tratar de inventar una nueva historieta; cuando la inmensa mayoría de peruanos, estamos convencido que no merecemos presidente corruptos y mediocres, que solo llegan a palacio para aprovecharse de los recursos públicos.
Es evidente que, a estas alturas del partido, la población no espera nada de la actual presidenta y de la clase política; y lo que exigimos, que por un mínimo de dignidad ella, sus ministros y todos los congresistas deben irse a su casa.
La presidenta Boluarte, con sus actos, ha demostrado que no está preparada para ejercer la más alta responsabilidad del país; su total desencuentro con la población y su pacto desvergonzado con el Congreso, lo hacen incapaz permanente para representar a los 33 millones de peruanos.
Es tiempo de cambios, es tiempo de la participación de la juventud.
* Gabriel Mejía Duclós es ingeniero agrícola con especialización en ingeniería de recursos agua y tierra, 25 años de experiencia en gerencia y dirección de instituciones públicas y privadas vinculadas al desarrollo social, económico y gestión ambiental, ex candidato a la Gobernación Regional de Áncash.