Creado el Jueves, 8 de Febrero del 2024 01:01:01 am

Difícilmente podemos entender el mundo actual como un mundo dirigido por Dios.

La existencia de la humanidad amenazada por el grave problema ecológico, la trata de personas como el negocio más lucrativo, ningún gobierno resuelve el problema del narcotráfico, el mar lleno de plástico, la guerra en Ucrania que puede terminar en una guerra mundial etc. No podemos afirmar que Dios sería el responsable de todo esto. La providencia no es un Dios que decide sobre todo lo que ocurre o que puede ocurrir en el mundo. De Dios vendría lo bueno y el mal sería una prueba. En este caso Dios nos vería como un objeto.

No es el Dios que encontramos en la Biblia.

Cuando hablamos del Dios de la alianza, no hablamos de verdades absolutas que manifiestan la voluntad de Dios. El entró en la historia humano por Jesús como uno más de nosotros y nos invita a seguirlo. Dios nos ha creado y llama a nosotros como seres libres que puedan o no aceptar su oferta de amor. Se trata de una relación entre dos libertades, dos sujetos libres y autónomos. El Dios de la alianza presupone la libertad que hemos recibido con la creación. Él espera de nosotros una repuesta de amor. Él no hace solo la providencia. Él actúa junto con sus amigos.  Podemos participar con nuestros pensamientos, voluntad y comportamientos.  Dios nos compromete en la providencia. La providencia de Dios es el origen y la garantía de la libertad y autonomía humana. Podemos hablar de la providencia divina dentro del espacio de la libertad humana y responsabilidad.

Creer en la providencia divina no consiste en observar un plan en el universo. Se trata de una participación activa en pensar, querer y actuar con Dios, a partir de nuestra libertad y autonomía. Todo debe hacerse según la voluntad de Dios con el fin de la salvación del ser humano. La fe en la providencia no es pasividad y resignación. Al contrario, nos invita promover el bien, la justicia, la paz y la solidaridad. Cristo lo hizo para nosotros y lo sigue haciendo en nosotros. Todo debe hacerse de acuerdo a su voluntad con el fin de nuestra realización en este mundo. El Dios de la alianza está en nuestra realización y salvación. Se hace por medio de nuestra creación de seres libres.

Su significación es la salvación. Dios actúa en el mundo de ciencias, tecnologías, libertades, pero no necesariamente ellas nos llevan al bien definitivo. Hay muchos sufrimientos. Los sufrimientos nos pueden hacer dudar de la palabra de Dios.  El sufrimiento es inevitable por nuestros límites, restricciones y por no seguir el camino del bien sino del mal, por no responder a seguir la vida de Cristo.  Sin embargo, creemos que nuestra vida como seres creados está asumida en una historia de salvación. Confiamos en el último destino de nuestra vida que es la vida eterna con Dios. La compasión y el amor ilimitado de Dios son la providencia que se manifiesta en la resurrección.  Se ha dado todo el poder al Cristo crucificado y resucitado. Esto es el fundamento de nuestra fe en la providencia de Dios.

*Padre Johan Leuridan, OP, doctor en Teología en la Universidad Urbaniana (Vaticano), personalidad meritoria de la Cultura del Ministerio de la Cultura, miembro honorario de la Academia de la Lengua, doctor honoris causa de la Universidad de San Marcos y autor del libro "El Sentido de las Dimensiones éticas de la Vida".