LA COLUMNA DEL DÍA | Inseguridad ciudadana: un gran negocio
Creado el Miércoles, 28 de Febrero del 2024 09:31:27 am | Modificado el 28/02/2024 09:39:47 am
La inseguridad ciudadana es un gran negocio para las organizaciones criminales. Así de simple. Por tal razón, va a ser muy difícil que disminuya o desaparezca, a menos que, se tomen decisiones radicales y se extermine de raíz a este tipo de organización que tiene sus propias reglas. Como en todo negocio, hay un mercado que atender, un producto que ofrecer y una necesidad que satisfacer. Y, como los negocios persisten porque les genera utilidades, hacen todo lo posible para no salir del mercado. La inseguridad ciudadana es un gran negocio, pero un negocio informal.
Las organizaciones criminales o delincuenciales también funcionan como un sistema empresarial, tienen su propia filosofía empresarial, su visión, su misión, sus valores, en este caso, sus antivalores. Tienen su propia estructura y cultura organizacional. Tienen corrientes de entrada: recursos y personas, su tecnología, sus propios métodos de trabajo. Desde luego, generan corrientes de salida negativas expresadas en el robo, en el asalto, en el crimen. Tienen un sistema de liderazgo enquistada en los poderes del Estado más altos, a través de autoridades y funcionarios, sin moral. Asimismo, este tipo de organizaciones, funcionan porque tienen a su alrededor un ambiente favorecedor expresada en leyes y normas que no les hacen daño.
La inseguridad ciudadana ha pasado hacer un problema principal en la población como producto de la corrupción en todos los niveles tanto en lo público como en lo privado, especialmente en lo público. El historiador mexicano Lorenzo Meyer afirma que: “El efecto último y más pernicioso de la corrupción en el campo de lo político –soborno, cohecho, tráfico de influencias, negligencia o cualquier otra forma de acción o transacción ilegal e impropia- es el deterioro de la moral pública”
La inseguridad ciudadana seguirá existiendo mientras haya una ausencia de autoridad, mientras existan inadecuadas políticas públicas. Seguirá existiendo, mientras tengamos autoridades y funcionarios que no les interese el bienestar de la población y solo busquen sus propios beneficios. Pero también, existirá mientras haya una ciudadanía desorganizada.
Así como estamos ahora, aquí en el Perú, con poderes del Estado que no se articulan, con un Ejecutivo y Legislativo que no sintonizan con las aspiraciones de una población ávida de progreso y desarrollo, con un Poder Judicial contaminado de funcionarios nada probos, con una Policía Nacional que, en algunos casos, alberga a policías corruptos, por más personal policial y camionetas que se pongan para controlar la inseguridad ciudadana, va a ser muy difícil o complicado exterminar estas organizaciones delincuenciales.
Mientras tanto, para beneplácito de los gobernantes de turno y para estas organizaciones delincuenciales, se nos sigue entreteniendo con temas faranduleros sobre la infidelidad de tal o cual personaje de la televisión, o con algún tema deportivo, como si fueran temas de gran interés que van a mejorar o añadir un valor agregado a nuestras vidas.
* Felipe Llenque Tume es doctor en Administración, pastdecano del Colegio Regional de Licenciados en Administración (Corlad Chimbote), director de la Escuela de Administración en la Uladech Católica, consultor en capacitación y asesoría empresarial a sectores económicos de producción y servicios, y exmiembro del Directorio de Sedachimbote.
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