LA COLUMNA DEL DÍA | La distancia que los separa
Creado el Lunes, 17 de Mayo del 2021 09:10:05 am | Modificado el 06/10/2021 01:37:51 pm

La campaña electoral ha ingresado a su último tramo con los dos candidatos en un aparente empate técnico, según las habitualmente poco exactas encuestadoras peruanas, aunque en la calle sí se puede percibir que las simpatías por ambos candidatos andan bastante parejas.
Al inicio Pedro Castillo logró sacar hasta casi veinte puntos de ventaja respecto a la candidata Fujimori y su elección parecía ser mero trámite electoral. Sin embargo; su poca seriedad expresada en sus diferentes discursos, pues dice una cosa y luego hace todo lo contrario, sin ningún control de cambios, generó que muchos indecisos empezaran a decepcionarse del novedoso candidato y a tomar en serio a su contrincante.
Por otro lado, la ausencia de una propuesta programática fue haciéndose cada vez más evidente en el candidato radical, más allá de su reiterado llamado a refundar el estado mediante una Asamblea Constituyente, su plan de gobierno inscrito en el Jurado Nacional de Elecciones lleva la firma de autoría del sentenciado Vladimir Cerrón. Además, sus confusas y vagas respuestas respecto a conceptos superados como el estatismo, entre otras cosas, causaron un efecto contrario en su campaña electoral, pues en lugar de generar un sostenido respaldo por Perú Libre, despertaron los temores en sectores que inicialmente veían con mucho recelo a la candidata de Fuerza Popular, movilizando la intención de voto a favor de Fujimori.
Los vaivenes de la campaña electoral nos muestran a una Keiko Fujimori bastante más aguerrida que su adversario, recorriendo el Perú y hasta visitando plazas políticas hostiles como Huaraz, mientras que Castillo muy confiado en el alto respaldo popular que le dictan las encuestas, ha preferido establecer su búnker en un edificio del distrito limeño de Breña muy cercano a su sede partidaria en Jesús María, desde donde se encuentra “armando” su equipo técnico y recibiendo el apoyo de personajes cuestionados como Daniel Salaverry.
La campaña se ha llenado de matices frívolos y anécdotas superficiales, como el referido a la realización de los debates. En primera instancia Castillo jugó de local en su natal Chota y para sorpresa de todos, Keiko Fujimori se presentó y salió airosa de la pulseada. Luego, con la finalidad de hacer recordar la prisión preventiva de Fujimori, la retó a un segundo debate en la puerta del penal Santa Mónica donde estuvo recluida, ante el emplazamiento público, la candidata de Fuerza Popular aceptó, Castillo sabiendo que estaba en un aprieto, puso un requisito imposible de cumplir, condicionó el debate a la asistencia de los padres de ambos candidatos, hecho imposible de realizar por el lado naranja, que no se quedó con los brazos cruzados.
Fujimori con más cálculo político, aprovechó la tarde del sábado en hacer un show televisado en cadena nacional en el que se reconcilió públicamente con su hermano Kenji y fustigó de “improvisado” y “sin equipo técnico” a su rival. A la misma hora, Castillo se lució en Gamarra rodeado de los llamados licenciados etnocaceristas partidarios de Antauro Humala, como miembros de su particular escolta de seguridad y anunció como nuevos “jales” para su equipo técnico, citando al exfiscal Avelino Guillén, a los ex congresistas de izquierda Juan Pari y Hernando Cevallos y al toledista – humalista Kurt Burneo. Finalmente, del que debió ser un acto político de relevancia, solo nos quedaron los creativos memes que aparecieron en las redes sociales.
Por cierto, como consecuencia del frustrado debate, se ha encendido la polémica debido a la composición del nuevo equipo técnico de Pedro Castillo, pues además de conocer a los reciclados de la izquierda humalista y mendozista que han gobernado en la última década, ha reclutado al aprista Miguel Del Castilla, nada menos que hijo del ex Premier aprista Jorge Del Castillo, cabeza visible del partido de la estrella. Del Castillo está a cargo del denominado “Plan 200”, aunque no se sabe, si este plan pretende ser una copia del que aplicó con estrepitoso fracaso Nicolás Maduro en Venezuela o del que presentó Alan García para las elecciones del 2016.
La distancia que los separa se ha acortado, hasta llevarlos a una situación de aparente empate técnico, que probablemente genere una final de fotografía donde cada voto va a ser importante, los errores y omisiones de Castillo le vienen pasando factura y la tendencia alcista de Keiko ya se evidencia. Sin embargo, es preocupante que aun cuando la distancia electoral se ha reducido, persiste la ausencia de propuestas serias y que ambos candidatos parecen enfrascados en hablar para sus seguidores, generando un voto por “default” en favor del adversario, cuando lo ideal sería que causen convicción en el voto ciudadano, pero parece ser que el temor por proyectos políticos trasnochados o dinásticos, es lo que va a definir la elección, que Dios nos ilumine.
* Pablo Rioja Cueva es abogado especialista en derecho constitucional y administrativo, árbitro en contrataciones con el Estado y laboral. Tiene amplia experiencia en gestión pública y docencia universitaria. Fue regidor en la Municipalidad Provincial del Santa.
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