LA COLUMNA DEL DÍA | Hasta que el trabajo nos separe
Creado el Miércoles, 18 de Octubre del 2023 09:07:32 am
Hoy voy a referirme a una situación muy especial de parejas que formaron, en otros casos, “quebraron” el deseo de constituir un negocio o empresa. Soy testigo del éxito y del fracaso de algunas de ellas que, en un inicio se enamoraron, luego se casaron y, en otros casos se separaron. Pues déjenme decirles que el trabajo está esencialmente relacionado a objetivos y visión, por lo tanto, el éxito de la relación de pareja condiciona también la consecución de esos objetivos y el cumplimiento final de ambiciones, deseos y sueños. La relación de pareja, mucho más si está involucrada una familia, es elemento condicionante para el desarrollo o crecimiento de una empresa.
Por eso es importante que, en el afán de formar una familia, no solo basta estar enamorados sino también compartir objetivos que les permitan luego crecer y tener una estabilidad económica que también va a infuir en su estabilidad emocional, todo lo contario sino fuera así, más adelante vendrán los problemas que si no son bien analizados aterrizarán en un posible rompimiento del compromiso
Como lo señala Carlos Nava Condarco en su libro Emprender es una forma de vida, “La decisión que toma el ser humano respecto a la pareja con la que eventualmente compartirá extensos periodos de su existencia, su trabajo, y con la que formará una familia, es la decisión más importante de su vida”.
El primer requisito para la formación de una pareja que tenga una relación sana y productiva (lo cual no quiere decir que esté exenta de problemas), es que esté conformada por personas con amor propio. Con dos personas carentes no se alcanza una sola, y cuando en la relación existe una parte así, concluirá por llevar el todo a la deficiencia.
El amor no es pues el justificativo para formar una pareja, es el requisito para que primero cada quién se encuentre y posicione sanamente en la vida. Son muchas las cosas que una persona con amor propio tiene claras, pero posiblemente la más importante es que sabe lo que quiere conseguir y la forma de vivir el proceso. Ésa persona, segura y coherente consigo misma, no será feliz si no emprende la ruta que se ha propuesto, y si ello se ve obstaculizado por la relación de pareja, se producirán dos cosas: los objetivos no se alcanzarán y la relación no prosperará. En ambos aspectos, un poco de lo más valioso e irrecuperable que tiene el ser humano se habrá perdido: tiempo. Muchas vidas habrán sido afectadas, sueños truncados y personas incapaces de ser luego una mejor versión de sí mismos.
Así pues, a las personas que están por formar una pareja y tienen ese deseo de formar una empresa, es importante que unan sus criterios, fijen bien sus objetivos a tener como pareja y, como futuros empresarios. En caso algunos miembros de la familia también van a ser parte de la empresa se debe delimitar las funciones para evitar problemas en el futuro.
Constituir una empresa no es fácil, aunque así lo parezca, debe haber, como ya se ha indicado, mucho compromiso, mucho trabajo. Habrán malas noches, discrepancias, pero todo ello pasará a un segundo plano si cada miembro de la pareja pone su esfuerzo por alcanzar los sueños que se fijaron en un inicio.
Felipe Llenque Tume es doctor en Administración, past decano del Colegio Regional de Licenciados en Administración (Corlad Chimbote), director de la Escuela de Administración en la Uladech Católica, consultor en capacitación y asesoría empresarial a sectores económicos de producción y servicios.
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