Creado el Domingo, 15 de Septiembre del 2024 11:34:32 pm

Fujimori ha muerto. Ahora será el gran juez de la historia quien lo juzgue y la objetividad, el verdugo de su causa, señala el abogado Pablo Rioja Cueva

La muerte de Alberto Fujimori es probablemente la noticia política más importante del año porque aunque algunos se resistan a reconocerlo, era el líder natural del fujimorismo que es el grupo político más importante del país, que sobrevivió a la vergonzosa salida del gobierno del propio Fujimori con renuncia vía fax de por medio, para luego recomponerse y demostrar su arraigo popular obteniendo sostenidamente casi la mitad de la votación nacional en las segundas vueltas desde el 2011 y consolidando su dominio en el Legislativo desde el 2016 hasta la fecha.

Fujimori fue un outsider que ganó sorpresivamente la elección presidencial de 1990, derrotó a Vargas Llosa primero y Pérez de Cuellar en el 95. Encontró un país desbastado por la hiperinflación y el terrorismo, con el Estado dueño de un gran número de empresas públicas que arrojaban pérdidas año tras año y una provisión calamitosa de servicios públicos básicos como luz, agua y telefonía, con mínima infraestructura básica que estaba en mal estado.

Ante la crisis, “El chino” aplicó el shock económico que sirvió para controlar la inflación e inició un agresivo plan de privatización de empresas públicas para terminar con el derroche de recursos que se utilizaban para “parchar” las pérdidas, lamentablemente no todas las privatizaciones fueron exitosas, ahí tenemos el caso de Siderperú, otras empresas no se privatizaron como PetroPerú, que en lo que va de este gobierno ha gastado más de once mil millones de soles en evitar su quiebra.

En lo económico es incuestionable el éxito del gobierno de Fujimori, que sentó las bases del actual modelo que es capaz de soportar los vaivenes políticos con estabilidad macroeconómica. Pero el mayor éxito del líder fujimorista, fue sin duda la victoria sobre los grupos terroristas Sendero Luminosos y el MRTA que tenían sitiado al Estado y aterrorizados a los peruanos. Las detenciones de Abimael Guzmán y Víctor Polay acompañados de sus cúpulas sanguinarias devolvieron al Perú la paz y gobernabilidad que tanto se añoraba.

Pero, así como la economía saneada y la victoria sobre el terrorismo son incuestionables, también es innegable la corrupción, la turbia salita del SIN y el manejo clientelar de los poderes del Estado en favor de los intereses del fujimorismo, así como la omnipresencia del siniestro Vladimiro Montesinos. La controvertida sentencia que lo llevó a prisión fue perdonada por PPK previo pacto con Kenji y ocasionó el inicio de la actual polarización política que vivimos, PPK fue vacado por orden de Keiko Fujimori previo acuerdo con Martín Vizcarra que luego la traicionaría y angustiado por sus casos fiscales se entregaría en cuerpo y alma a los caviares desatando un lucha intestina por el poder, que cerró uno de los capítulos más largos y tormentosos con la liberación de Fujimori para gozar del indulto presidencial.

Fujimori ha muerto, pero ahora será el gran juez de la historia quien lo juzgue y será la objetividad, que solo brinda el tiempo, el verdugo de su causa. Más allá de simpatías y odios, que descanse en paz.

*Pablo Rioja Cueva es abogado especialista en derecho constitucional y administrativo, árbitro en contrataciones con el Estado y laboral. Tiene amplia experiencia en gestión pública y docencia universitaria. Fue regidor en la Municipalidad Provincial del Santa.