Creado el Lunes, 9 de Octubre del 2023 08:52:17 am

Tanto las guerras intestinas de los grupos de poder como la frivolidad de nuestros políticos han desembocado en un hartazgo de la población, señala el abogado Pablo Rioja Cueva

En el Perú cada vez se hace más evidente la “guerra” existente por el control de la Fiscalía y la JNJ por ser instituciones claves para el ejercicio del poder, así como la guerra de baja intensidad entre los caviares y la izquierda radical encabezada por Cerrón desde que asumió el poder Dina Boluarte.

La Autoridad Nacional de Control de Ministerio Público ha decidido sancionar con una suspensión de ocho meses y medio al tan mediático como inoperante fiscal Rafael Vela por sus “errores” en el ejercicio de su función, mientras que en simultáneo la Contraloría cuestiona al titular del órgano auditor de la fiscalía que acaba de emitir la sanción, porque no cumpliría con el perfil requerido para el cargo, al tiempo que la investigación por las presuntas faltas cometidas por los consejeros de la JNJ continúa avanzando en el Congreso y sigue rondando la posibilidad de su destitución.

Otro ámbito de conflicto es la guerra silenciosa entre las facciones de izquierda caviar y el cerronismo que estaría motivado por el reparto del poder que administra la dupla Boluarte - Otárola, y que llegó al clímax con un manifiesto público de Cerrón que menciona una serie de verdades que habitualmente nadie tiene la osadía de enrostrar al progresismo caviar, hecho que suspicazmente algunos señalan como el detonante de su reciente sentencia de prisión efectiva a tres años y medio por delito de corrupción en su natal Junín, corroborando a decir de sus partidarios, que estamos ante otro caso de judicialización política.

Mientras la guerra por controlar a instituciones claves para ejercer poder sigue creciendo, la frivolidad de nuestros políticos también crece. Es aborrecible que la congresista Amuruz haya participado en una fiesta que terminó escandalosamente y lo que es peor, con un invitado fallecido por impacto de bala, no es la primera vez que la parlamentaria demuestra su debilidad por la juerga y probablemente no sea la última porque no ha mostrado un mínimo de arrepentimiento sincero, pero no es lo único, también tenemos a 13 parlamentarios de izquierda que viajaron a Rusia sin ninguna razón que justifique el periplo y hasta la propia mandataria Dina Boluarte se muestra frívola, cuando prioriza viajar a Alemania e Italia, mientras que el país está a pocas semanas de enfrentar un Fenómeno de El Niño para el que evidentemente no estamos listos y tratándose de la primera funcionaria pública su marcha se percibe como indolente y despreocupada respecto de los problemas que debería resolver.

Tanto las guerras intestinas de los grupos de poder como la frivolidad de nuestros políticos han desembocado en un hartazgo de la población que se refleja en la indiferencia de la calle para sumarse a nuevas protestas, independientemente de quién convoque o cuál sea el motivo de la convocatoria porque sienten que todo lo que sucede, es por el interés de los protagonistas y no por el interés del pueblo, al que deberían defender y representar.

Conforme al estado de las cosas, la política que debería fluctuar entre la acción del gobierno y la reacción de los opositores realmente oscila entre la guerra de los gobernantes fácticos por el control de las instituciones claves y la frivolidad de los gobernantes formales que desgastan el poder en medio de viajes, juergas y ramplonerías.

*Pablo Rioja Cueva es abogado especialista en derecho constitucional y administrativo, árbitro en contrataciones con el Estado y laboral. Tiene amplia experiencia en gestión pública y docencia universitaria. Fue regidor en la Municipalidad Provincial del Santa.