LA COLUMNA DEL DÍA | El plan Bukele
Creado el Lunes, 28 de Agosto del 2023 11:07:13 am
“Hay países que están teniendo éxito en la lucha contra la criminalidad. Un ejemplo de ellos es El Salvador. ¿Por qué no podemos tomar algo de sus experiencias para ver cómo las adaptamos a la experiencia peruana?” esto dijo nada menos que el doctor Javier Arévalo, vocal Supremo y presidente del Poder Judicial.
Sin duda, el doctor Arévalo no es cualquier personaje, pues además de presidir uno de los tres poderes del Estado, es alguien que, por la naturaleza de sus funciones, emite una opinión que responde a un conocimiento fáctico y jurídico de la política de combate a la criminalidad en nuestro país.
Es evidente que el crimen se ha desbordado en los últimos meses, impulsado probablemente por distintos factores, pero entre estos, muchos creen que la delincuencia se ha incrementado notoriamente a partir de la ola migratoria de cientos de miles de venezolanos que vinieron huyendo de un país devastado por la corrupción del chavismo y su política económica socialista. Pero no son los únicos migrantes que han tenido problemas con la justicia, es preciso recordar que el denominado “gota a gota” existe en nuestro puerto hace una década y llegó con algunos colombianos que aparecieron con sus motos y sus malas artes, en la periferia de Nuevo Chimbote.
Es cierto que, no se debe generalizar y que existen buenos venezolanos y colombianos que diariamente trabajan para ganarse honestamente un dinero que les permita la subsistencia que en su país se volvió esquiva y que por culpa de malos compatriotas se ha estigmatizado a la gran mayoría.
También es verdad que, la delincuencia no sólo es un problema ocasionado por extranjeros, siendo realistas el sicariato iba en aumento en el Perú antes de la ola migratoria, y se hizo público que utilizaban a menores de edad para cometer ese tipo de crimen debido a que las penas eran benignas, hasta fue detenido el tristemente célebre “Gringasho” por cometer este delito, haciendo notorio que la realidad criminal había superado nuestra legislación.
Sin embargo, la violencia y delincuencia que conocemos es poco frente al azote delictivo que por décadas vivió El Salvador, un país en que las pandillas llegaron a ser mafias criminales de alcance internacional en Centroamérica y en los barrios latinos de USA. Para resolver el problema, el presidente Bukele hizo algo contundente, utilizó toda la fuerza del Estado para detener a los delincuentes con sentencia, sin sentencia, sospechosos y acusados de pertenecer a las pandillas mafiosas y los metió a la cárcel a todos, pero bajo un régimen carcelario muy severo, reformó el sistema judicial, destituyendo a muchos jueces que eran catalogados de mano blanda con la delincuencia y en sólo meses, su país pasó de ser el que tenía mayor criminalidad en América, al más seguro, demostrando que era necesario reformar los cimientos de su estructura penal y poniendo en duda al sistema interamericano de derechos humanos, que ahora lo critica.
En el Perú ante el desborde criminal, es el propio presidente del Poder Judicial quien pone a El Salvador como ejemplo, los detractores señalan que ese modelo es peligroso porque existe violación a los derechos humanos de los detenidos, los que apoyan el plan Bukele advierten que es más importante el derecho de la gente de bien que sufre los estragos de la delincuencia.
Lo cierto es que el Perú hace buen rato que necesita una profunda reforma de la legislación penal y penitenciaria, y quizá hasta sea necesario más que un plan, un Bukele peruano.
*Pablo Rioja Cueva es abogado especialista en derecho constitucional y administrativo, árbitro en contrataciones con el Estado y laboral. Tiene amplia experiencia en gestión pública y docencia universitaria. Fue regidor en la Municipalidad Provincial del Santa.