LA COLUMNA DEL DÍA | El cuento de los derechos laborales
Creado el Lunes, 2 de Septiembre del 2024 04:10:04 pm
Todo peruano considerado dentro del grupo etario de población económicamente activa tiene como lógica aspiración conseguir un empleo en condiciones de seguridad y salubridad que le permita percibir una remuneración para autosostenerse con dignidad y realizarse como persona. Sin embargo, la realidad está muy lejos de esta aspiración porque se estrella con la informalidad campeante y una legislación laboral ajena a nuestra realidad socioeconómica.
Dentro los principales problemas que afecta a nuestro país se encuentra la informalidad, y dentro de sus múltiples variantes, tenemos a la informalidad laboral como un problema estructural muy arraigado.
¿Por qué existe informalidad laboral? Por una nociva combinación de mala percepción de problema y peores soluciones que llegan desde el poder político a través de una legislación cada vez más rígida y alejada de la realidad.
Siempre nos han dicho que el trabajador se encuentra desprotegido frente a los abusos de la patronal y que es el lado más vulnerable de la relación laboral, probablemente algo de cierto tenga esta afirmación. Empero, lo que pocos dicen en voz alta es que, el mayor problema que aqueja a la gran mayoría de trabajadores en nuestro Perú, es la informalidad a la que empujan a la mayoría de emprendedores que se autoemplean.
El contrato laboral ordinario en el sector privado obliga al empleador un 54 % de costo adicional a la remuneración básica del trabajador, mientras que este percibe 23 % menos de su haber básico. Es decir, si un trabajador gana en planilla dos mil soles mensuales, al empleador le cuesta algo más de tres mil soles y sólo recibirá mensualmente entre 1600 y 1700 soles, mal negocio para todos.
La legislación laboral no ha considerado un factor fundamental, y es que la gran mayoría de peruanos no son trabajadores de grandes empresas o industrias, sino que son emprendedores o “recurseros” por naturaleza, que se autoemplean a laboran para pequeñas o microempresas en las que no suman ni cinco trabajadores al mes. Esta realidad socioeconómica ha originado que muchos peruanos que tiene pequeños negocios decidan no incorporarse en su propia planilla porque es “muy caro”, pasando a engrosar las filas de los numerosos informales que son 7 de cada 10 peruanos en edad de trabajar.
Entonces, el principal problema laboral no está en aquellos que gozan de un contrato laboral, sino que se encuentra en la inmensa mayoría de peruanos que trabaja y que no están registrados en ninguna planilla, no están afiliados a ningún servicio de salud, ni aportan a un fondo de jubilación. El problema real son la variopinta mano de obra de gente “chamba” que sale todos los días a laborar, pero no goza de ningún derecho.
¿Por qué no se legisla a favor del trabajador informal? Por una poderosa razón, es una persona acostumbrada a solucionar por sí mismo sus carencias y espera muy poco del Estado, no está agremiado a ningún grupo de poder como un sindicato, y es electoralmente invisible para los partidos políticos, en suma, siempre sobra en la fiesta electoral y en los enjuagues de los grupos de poder. Sin embargo, los trabajadores informales son los que sostienen nuestra economía doméstica desde hace casi tres décadas, pero a ningún político parece importarle solucionar su situación.
La solución sensata no pasa por generar “más derechos” que no se cumplirán, sino por hacerla más real, haciendo flexible la contratación y desvinculación, abriendo la competencia para la administración de fondos de pensiones y para la seguridad social, así ganamos todos y no solo lo de siempre.
*Pablo Rioja Cueva es abogado especialista en derecho constitucional y administrativo, árbitro en contrataciones con el Estado y laboral. Tiene amplia experiencia en gestión pública y docencia universitaria. Fue regidor en la Municipalidad Provincial del Santa.