LA COLUMNA DEL DÍA | Darwin allanado
Creado el Domingo, 23 de Junio del 2024 11:43:02 pm
Este fin de semana el congresista chimbotano Darwin Espinoza fue noticia nacional y no por alguna ley que beneficie al país, sino por todo lo contrario, fueron allanados diez inmuebles vinculados al legislador, por una disposición dictada desde la Fiscalía de la Nación.
El congresista fiel a su costumbre y desde la miopía que le otorga el poder que ejerce ha respondido que no se corre ni de las investigaciones, ni de la prensa y qué bueno que demuestre semejante temple porque después del 28 de julio del 2026 va a tener responder a todas las investigaciones que existen sobre él, que no son poca cosa.
Si bien el allanamiento es una diligencia comprendida en la investigación por peculado de uso que afronta Espinoza debido a la utilización de recursos del Congreso para recabar firmas y armar un movimiento regional que lideraría un familiar suyo, es por lo menos suspicaz que el allanamiento se realice luego de un mes de efectuada la denuncia pública por televisión nacional.
Espinoza es un personaje que se precia de ser muy “vivo”, aunque para muchos su viveza no se distingue de la sinvergüencería, por eso ha tomado las cosas con calma y se entiende la tranquilidad que exhibe porque ha tenido el tiempo suficiente para poner a buen recaudo cualquier información o documento que lo incrimine y sabe que esta diligencia lo mansilla políticamente, pero a nivel fiscal probablemente sirva de poco o nada para corroborar la comisión de los delitos que se le imputan.
Darwin Espinosa es un buen caso para estudiar la crisis política que vive nuestro Perú. Su historia política siempre fue controversial, aun así, llegó al Congreso y sin mayores pergaminos personales que lo respalden. Instalado en el legislativo, ha acumulado un rosario de cuestionamientos y denuncias fiscales, sin mencionar los públicos vaivenes políticos que ha protagonizado, erizando hasta la médula a antiguos correligionarios de la lampa belaundista que pidieron fervorosamente su expulsión del partido ante la indiferencia del legislador.
La precariedad institucional en la que vivimos y la crisis de los partidos ha generado que personajes intrascendentes y sin ningún mérito lleguen al legislativo y lo que es peor, terminen utilizando su cargo en provecho propio.
En el caso del congresista Espinoza se le ha acusado públicamente de casi todo, de ser un “Niño” de Pedro Castillo, de tener injerencia en el ministerio de la producción que coincidentemente tiene a su cargo el sector pesquero que es la actividad económica más importante de nuestro puerto, de “negociar” su voto en el Congreso a cambios de cosas poco claras, de tener injerencia en la contratación de una amiga íntima en el Legislativo, de promover la contratación de personas en puestos públicos y otras cosas más que fácilmente llenarían más files que las leyes que ha promovido.
Es deplorable que Darwin Espinoza siempre sea novedad por alguna controversia pública que se convierte inmediatamente en una denuncia fiscal y dichas denuncias no son por revanchismo político como aduce el congresista, sino que son la consecuencia de su sinuoso accionar, que lo ha llevado al punto de ser allanado y en el 2026, lo llevará a pasar sus días entre el olvido y el banquillo de los acusados.
*Pablo Rioja Cueva es abogado especialista en derecho constitucional y administrativo, árbitro en contrataciones con el Estado y laboral. Tiene amplia experiencia en gestión pública y docencia universitaria. Fue regidor en la Municipalidad Provincial del Santa.