LA COLUMNA DEL DÍA | Aquí no pasa nada
Creado el Lunes, 5 de Diciembre del 2022 09:30:53 am | Modificado el 05/12/2022 09:36:16 am
El presidente Castillo lleva 16 meses en el gobierno y en este tiempo han acontecido situaciones que son un triste remedo de otros gobiernos, en cuanto a las argollas palaciegas, el poder en la sombra y la corrupción, lapidando su capital político y echando al tacho su discurso reivindicador y provinciano.
Es la primera vez que apenas instalado el gobierno, las disputas entre oscuros personajes como Karelim López y Zamir Villaverde evidenciaron la pugna por tomar el control de las coimas en el Ministerio de Transportes a cargo del prófugo Juan Silva, quien a su vez se habría hecho del fajín ministerial por utilizar incentivos ilícitos para ser designado en el cargo. Por ello, es lógico pensar que la adjudicación irregular de contratos de obras en el sector que tiene la billetera más gruesa del ejecutivo iba a ser un hecho habitual en este gobierno.
Sin embargo, los ilícitos que se consumaron el MTC no son un hecho aislado, similar trama se repitió en el Ministerio de Vivienda con la adjudicación de presupuesto y obras de saneamiento a nivel nacional a empresas del entorno de la hija-sobrina del mandatario.
Además, se ha hecho pública la versión de la empresaria Sada Goray que manifiesta haber entregado una coima de cuatro millones de soles a Salatiel Marrufo por un pedido expreso de Pedro Castillo, para que le adjudiquen unos terrenos que luego vendería en cuarenta y ocho millones de dólares.
Por otro lado, los peruanos nunca habíamos visto a un presidente ingresar subrepticiamente en horas de la madrugada a una casa donde se reunía con personajes que ahora son investigados por la adjudicación irregular de millonarios contratos con el Estado. El propietario de la casa de Sarratea es el empresario Alejandro Sánchez, quien además habría escondido a los sobrinos prófugos del presidente en su casa de playa en el balneario de Asia, antes de convertirse, él también, en otro prófugo de la justicia a causa de los enjuagues del presidente.
También está el caso de Petroperú, en la que el médico chotano Fermín Silva ha confesado ante la Fiscalía que entregó treinta mil soles al presidente Castillo para que designe a Hugo Chávez como gerente general, en un hecho que cuenta con más de doscientos elementos de convicción en la carpeta fiscal y que a los peruanos nos ha costado 2,250 millones de dólares porque ese cambio retardó la aprobación de los estados financieros y originó el culebrón en que se encuentra la estatal petrolera.
Todo lo señalado anteriormente y otras componendas más, hubieran ocasionado la caída no solo del presidente, sino de cualquiera de los gobiernos que sucedieron al fujimorato y que antecedieron a Castillo. Sin embargo, acá no pasa nada y eso sucede por dos razones, la primera es que estamos ante el Congreso más proclive a buscar el beneficio personal plagado de “niños” y “aniñados” que no votará por una vacancia, y en segundo lugar por los asesores del presidente Castillo, que le han enseñado que al igual que en Cuba y Venezuela, solo necesita de un quinto de apoyo popular para sostenerse.
Particularmente creo que, en el Perú no va a haber revolución de izquierda, lo que vamos a ver es una gran “robolución” con Castillo entregándole cada vez más poder a Cerrón para que sus votos lo blinden en el Congreso y lo protejan de la vacancia, salvo que la Navidad haga el milagro y las cosas cambien.
*Pablo Rioja Cueva es abogado especialista en derecho constitucional y administrativo, árbitro en contrataciones con el Estado y laboral. Tiene amplia experiencia en gestión pública y docencia universitaria. Fue regidor en la Municipalidad Provincial del Santa.
Audio:
Rsd2022rsd2022 · LA COLUMNA DEL DÍA | Aquí no pasa nada
