Ser vegetariano en un país de sabores irresistibles
Creado el Sábado, 16 de Diciembre del 2023 11:02:23 am | Modificado el 16/12/2023 11:24:40 pm
Yakarly Zavaleta es una joven universitaria del puerto de Chimbote, en Áncash, que en 2019 decidió emprender un camino diferente en su forma de alimentarse y vivir, adentrándose en el mundo del vegetarianismo. Su elección no es común en un país como el Perú, reconocido por su increíble gastronomía. Sin embargo, ella lo hace impulsada por su conciencia ambiental y su amor inmenso por los animales. No es simplemente una elección alimentaria, es una cuestión ética.
“Antes de ser vegetariana, yo consumía de todo: carne, pollo, pescado, aunque cuando tenía 12 años dejó de gustarme el pescado, pero sí comía pollo a la brasa, cabrito, que era uno de mis platos preferidos. Los fines de semana salía a comer con mi familia, y por eso mismo mi familia no confiaba en que podía cambiar mi alimentación. Quince años de mi vida consumí carne, no solo porque me gustaba, sino que era un hábito… un hábito que está impregnado en las personas”, declara al medio virtual Enfoque Digital.
Dejar de comer carne fue para ella una decisión casi abrupta y radical, que se desencadenó a partir de la visualización de videos sobre lo que había detrás de la industria cárnica; es decir, de todo el proceso que involucra el sacrificio de los animales para que su carne esté en un plato sobre su mesa. Eran finales de 2018. Antes no había estado consciente de esa realidad.
“Solamente vi eso y tomé la decisión, pero en ese momento no me informé de si en Chimbote había opciones para sobrevivir con una alimentación a base de plantas, no vi si era económico o no, no vi si científicamente está comprobado que las personas podemos llevar una nutrición a base de plantas y vivir bien… En ese momento no me informé de ese tipo de aspectos”, explica.
Al principio, Yakarly realizó una prueba personal durante un mes para determinar si podía dejar de consumir carne. Cuando comprobó que era capaz, decidió en enero de 2019 convertirse en vegetariana. Aunque su familia aceptó su decisión, no confió en que ella dejaría de probar los platos típicos que solía disfrutar, como el pollo a la brasa y el cabrito, su preferido.
En la actualidad, ser vegetariana representa para la joven chimbotana algo más que simplemente no consumir carne. Su ideología se extiende más allá, puesto que en diversos aspectos de su vida ha adoptado prácticas propias del veganismo: rechaza adquirir ropa de origen animal, evita comprar productos que hayan sido probados en animales y se niega a participar en eventos que los exploten, como los circos, que los utilizan para el entretenimiento humano.
“El veganismo se trata de ser ético, de adoptar un estilo de vida que va más allá de la alimentación. Es reconocer que los animales no son recursos ni objetos, sino seres con su propia individualidad y capacidad de sentir. No estamos por encima de ellos en la cadena alimenticia. Los animales no están aquí para nosotros, estamos aquí con ellos; debemos respetar su forma de ser y no utilizarlos para nuestro beneficio. Eso lo fui entendiendo con el veganismo”, argumenta.
Aunque Yakarly aún consume algunos derivados de animales, reconoce que no puede autodenominarse vegana en este momento. Sin embargo, esta decisión no se basa en la creencia de que una dieta vegana no sea saludable. Por el contrario, considera que es posible ser vegano y mantener un estilo de vida saludable, tan igual como la persona más fuerte del mundo, el armenio Patrik Baboumian, una de las caras visibles de PETA, una organización verde que vela por los derechos de los animales.
“Hoy en día se ha comprobado que una persona puede vivir plenamente, sanamente y sabiamente con una alimentación a base de plantas, no necesitamos carne”, sostiene. Es más, cuestiona la industrialización de la leche de vaca para alimentar a los humanos. “Las vacas producen leche para sus bebés terneros, no para el ser humano. Solo necesitamos leche de nuestra madre, y de ahí no necesitamos más leche. Pero nos han vendido lo contrario; eso es fake”, sostiene.
Yakarly cree que sería beneficioso adoptar una forma de vida más empática y responsable con los animales, sin necesidad de que todos se vuelvan veganos. Aunque comprende que no es factible que todos lo hagan, considera importante reducir el consumo de carne dentro de nuestras posibilidades. Además, destaca que el ser humano consume excesivamente carne, a diferencia de los carnívoros por naturaleza como los leones, lo cual indica que no somos carnívoros y no tenemos esa necesidad.
“Claro que hay una necesidad (de dejar de comer carne), no solo por una cuestión de responsabilidad social, de empatía y de respeto, sino también porque la industria cárnica es una de las que más genera contaminación, gases de efecto invernadero que contaminan demasiado”, subraya.
La historia de la futura comunicadora social es un viaje hacia el veganismo, un compromiso profundo con su ética, que trasciende las fronteras de la alimentación. Su elección consciente busca inspirar a otros a reflexionar sobre sus hábitos y a considerar cómo pueden contribuir a un mundo más ético y compasivo para todos los seres vivos. Con su ejemplo, muestra que es posible llevar una vida en armonía con los valores y las convicciones, incluso en un país reconocido por su exquisita gastronomía. (W.C. – RSD Noticias).