¿Qué está pasando en nuestra sociedad peruana?
Creado el Martes, 17 de Abril del 2012 03:25:55 am
El cobarde asesinato nos lleva a una profunda reflexión: los asesinatos marcan la ola fratricida que viola los derechos más fundamentales de todo ser humano, el derecho a la vida. Hemos entrado a una espiral de violencia, cuando se amenaza la vida humana, cuando está en juego descubrir la verdad de una investigación, como la muerte del periodista Pedro Flores, por ejemplo.
La raíz de la violencia contra el prójimo se cede a la lógica del maligno, es decir, de aquél que “era homicida desde el principio” (Jn 8,44), como nos recordaba Juan Pablo II en el Evangelio de la Vida. No podemos como cristianos y ciudadanos quedar indiferentes frente a los hechos de violencia y asesinatos, de crímenes que van sucediendo en nuestra sociedad.
No podemos ser indiferentes y sordos como Caín ante el cuestionamiento del Dios de la vida ¿Dónde está tu hermano Abel? ¿Acaso soy el guarda de mi hermano? (Gn 4,9). Con la mentira se trata de ocultar el delito. Porque no le importa la vida ni asumir la responsabilidad en relación con los demás.
Por eso es importante pensar que los delitos no pueden quedar impunes, que la sangre derramada por el asesinato clama justicia a Dios (Gn 37,26; Is. 26,21; Ez 24,7-8). Y que las autoridades, la sociedad civil, las organizaciones vecinales y todos los que apuestan por la vida deben ser convocados para organizarse, defender y proteger la vida de los ciudadanos.
Frente a tanta violencia es hora de proteger la vida humana. Y los organismos de seguridad ciudadana tanto de los gobiernos locales tendrían que tomar la iniciativa en serio de hacer frente a este problema de violencia, ya sin control que desangra a nuestra sociedad.
La sociedad quiere paz. Pero es necesario educar a todo nivel: familia, instituciones educativas, municipios, parroquias, en una cultura de vida y no permitir que la irresponsabilidad de algunos que ciegan la vida de seres inocentes, siga sembrando una cultura de miedo y de temor.
Apostemos por una cultura de vida y de paz, que requiere el concurso de todos los ciudadanos. A los padres, esposa y familiares de este joven fiscal les expresamos nuestra solidaridad y acompañamiento con la oración. Y que ojalá las autoridades hagan lo posible para detener tanto atentado contra la dignidad y la vida de las personas.
Fray Héctor Herrera OP
Fundador CECOPROS